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Cayo Lara encarga a cada militante conseguir 20 votos

IU reivindica su etiqueta verde y vuelve a apelar a los descontentos del PSOE

JUANMA ROMERO

No hay misiones imposibles que valgan. Hay malos pronósticos para Izquierda Unida el CIS le daba el jueves un eurodiputado, hay malos pronósticos de participación. Así que el reto que tiene por delante el líder, Cayo Lara, y singularmente el candidato, Willy Meyer, es ingente. Enorme. Amarrar bien fuerte el suelo electoral de IU, y rebañar votos en caladeros ajenos. Ensanchar la base social para liderar juntos una 'movilización popular contra la crisis'.

El mensaje despuntó anteayer, en las últimas horas de precampaña. Ayer no hizo más que confirmarse, y lo hará hasta que retumbe en los oídos de esa 'militancia de oro' de la que IU siempre ha presumido. La federación va a por los votos de los 'desencantados' del PSOE, irritados por la defensa del modelo 'neoliberal' del Gobierno. Y también se dirige a los hombres y mujeres de corazón verde, de convicciones ecologistas. Para eso, para mostrar que IU es un trasunto de ese esquema de crecimiento sostenible, Meyer se trasladó ayer a Plasencia y Cáceres.

Por allí, por tierras extremeñas, discurría el corredor ferroviario de la Ruta de la Plata, una vía norte-sur que caminaba paralela a la frontera portuguesa y cerrada desde hace más de veinte años. IU ha pedido insistentemente su reapertura. Ahora también.

'El tren es el símbolo de ese nuevo modelo de desarrollo sostenible que defendemos, un transporte barato, limpio, igualitario', señaló el candidato. A su lado, Pedro Escobar, el coordinador regional: 'No nos vale sólo el AVE Madrid-Lisboa, y que pase por Badajoz; necesitamos esta gran arteria vertical, con menor impacto ecológico'. Meyer cerró la imagen: 'Somos la fuerza que más defiende el medio ambiente, y lo probamos en Europa: condenamos el ladrillazo, reclamamos el fin de las nucleares... Está en nuestro ADN'. Otra prueba: el número dos de IU e Iniciativa per Catalunya Verds, Raül Romeva, ha enviado una carta a los militantes ecologistas para que opten por su coalición, no por Europa de los Pueblos (ERC, BNG y Verdes, entre otros).

Por tanto, hay que rebañar votos de donde haga falta. 'Es precisa la movilización de los votantes de izquierda, para así propiciar un giro de las políticas neoliberales', remachó Lara desde Palma. El coordinador había destapado divertido, la noche antes y en Madrid, una posible pócima para los 50.000 afiliados de IU: 'Si cada uno de nosotros convencemos a 20 personas, ya tendremos un millón de votos'. 'Deben ir a votar los de IU, los hipotecados, los desahuciados, los que no tienen subsidio, los desencantados del PSOE...', proclamó, con la voz tremendamente frágil, y eso que la campaña no ha hecho más que empezar.

IU utilizará una fecunda arma electoral: la sintonía con los sindicatos. 'Compartimos su música y letra', subrayó Meyer. Por si acaso, Lara resucitó esta alerta: '¡Si hay reforma laboral, habrá huelga general!'. Hoy la caravana alcanza Barcelona.

 

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