Izquierda Unida quiere que los más ricos sufraguen las consecuencias de la crisis económica. El coordinador general de la federación, Cayo Lara, propuso este sábado que los contribuyentes que cobren 1.000 euros o menos al mes, los llamados mileuristas, paguen un 25% menos del IRPF, congelar la tarifa de dicho impuesto para los contribuyentes de ingresos medios, y aumentarla en siete puntos porcentuales para los que cobren las rentas más altas. El líder izquierdista destacó que la rebaja fiscal afectaría a 12,5 millones de contribuyentes, el 65% del total.

Según explicó durante la reunión de la presidencia ejecutiva de IU, es necesario lograr una reforma de los impuestos para que estos sean más progresivos que los actuales, de forma que aumente la contribución a las arcas públicas de los sectores que más renta obtienen y para que las rentas de capital tributen a los mismos tipos que las rentas del trabajo'.

El secretario de Economía de la federación, Antonio García Rubio, criticó, por su parte, 'el carácter instrumental que el presidente del Gobierno da a los impuestos'. Y es que, a su juicio, 'la contribución fiscal de los españoles debe servir fundamentalmente para mejorar los servicios sociales, redistribuir la renta y constituir el soporte financiero de la intervención pública en el impulso al nuevo modelo productivo, y no sólo para aliviar el aumento del déficit público'.

A nivel interno, Lara agregó la necesidad de 'intensificar la movilización' de la izquierda, a través de distintas campañas de afiliación, recogidas de firmas y el impulso de la actividad de las distintas federaciones territoriales.