Este artículo se publicó hace 14 años.
A la caza del supertomate
Genética molecular. Su aplicación a la agricultura se inició en EEUU en los noventa y ahora Savia la trae a España
La naturaleza elige sólo a sus hijos más fuertes para que perduren. Charles Darwin descubrió el truco y se enfrentó a la mismísima iglesia anglicana para contarlo. Sus enseñanzas y unas cuántas décadas de investigación genética son la base del negocio de Savia Biotech, la primera firma española especializada en seleccionar las semillas más fuertes de cultivos hortícolas (tomates, pimientos o lechugas) a través de lo que se llama genotipado masivo.
Savia estudia los fragmentos de ADN de una inmensa variedad de semillas (cuántas más muestras, mayor precio tiene el proyecto) en busca de patógenos como virus, bacterias y hongos. Después, analiza si la planta tiene genes de resistencia contra ellos. Finalmente, se escogen las semillas mejor preparadas y se cruzan. Así se consigue la élite de los tomates y los pimientos, las variedades más resistentes.
El primer híbrido de semillas llegó a España en 1963 con Ramiro Arnedo
El objetivo es criar alimentos capaces de defenderse sin necesidad de utilizar productos químicos que, cada vez en mayor número, están prohibidos por las normas fitosanitarias. No hay transformación genética, insisten en la compañía, sólo selección. Un pequeño gran empujón a lo que la naturaleza podría hacer sola a base de siglos, que sirve para mejorar la productividad del sector agrícola.
Savia Biotech fue un proyecto impulsado hace tres años por la Agencia de Innovación de Almería que, "anticipándose a la crisis del campo, vio que había que invertir en agricultura", comenta Carmen Cardila, gerente de Savia. "Era un tema que se estaba estudiando en la Universidad de Almería" y la "pieza clave", que conectó el mundo académico con la visión empresarial, fue "Rafael Lozano, catedrático en genética y hoy director científico de Savia", añade Cardila.
Con el respaldo inicial, se logró la entrada de 17 accionistas. Ese primer impulso correspondió a Cajamar, Agrupaejido e Iniciativas Económicas de Almería, que aportaron cada uno medio millón de euros. Se sumaron Casur, Agroponiente, Abonos Roquetas, Zeta Seeds o Ramiro Armedo, entre otros.
Los resultados llegan trastres años de investigación
Algunos de los socios se corresponden con firmas del sector agrícola que sabían que pasarían a ser clientes de Savia. Es el caso de Ramiro Arnedo, empresa española con medio siglo de existencia, que marcó el hito de introducir en este país el primer híbrido de semillas en 1963 o la productora almeriense de tomate Casur. También se cuentan entre sus clientes la holandesa De Ruiter, con más de 60 años en el negocio de las semillas, y la multinacional Enza Zaden.
La facturación de Savia ha pasado de 57.200 euros en 2008 a 200.400 euros en 2009. Para 2010 esperan alcanzar beneficios y e iniciar la expansión internacional. En principio, la generación de caja no es algo inmediato en este sector, que exige "un mínimo de tres años de investigación" para empezar a dar liquidez.
En Savia optaron por empezar comercializando servicios de selección de semillas, menos sofisticados que el genotipado masivo, "que permitieran facturar lo suficiente para resistir hasta que llegasen los primeros resultados de los proyectos de investigación" que tienen en cartera, "en los que se han invertido ya 60.000 euros", comenta Cardila.
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