Este artículo se publicó hace 16 años.
De cazadores a cazados
Una joven denuncia que fue contratada para hacer bulto en la manifestación cinegética
Tania Villa, de 23 años, acudió junto a su sobrina el pasado sábado a Madrid a ganarse 30 euros como figurante en una manifestación. Es lo que le había ofrecido una empresa de trabajo temporal a la que se apuntó para empleos esporádicos. Cuando llegó a la plaza de Lima se vio rodeada de decenas de furgonetas de las que salían galgos y señores mayores con atuendo de camuflaje. En ese momento se percató de que había sido contratada para hacer bulto en una manifestación a favor de la caza. Algo que su conciencia no podía tolerar.
Tania vive en un pequeño pueblo de la provincia de Toledo con tradición ganadera y cazadora. Nada pasa desapercibido en esa localidad y sabe que si posa en una foto sufrirá represalias. "Sobre todo temo por mis perros. Son de caza y me da miedo que les pase algo", lamenta.
Una vez visto el ambiente en el paseo de la Castellana, Tania llamó a la agencia de trabajo temporal a quejarse por la encerrona. "Me encontré con muchos señores mayores con ropa militar; un ambiente muy prepotente; la España casposa", describe. "En la empresa me dijeron que daba igual que no estuviera de acuerdo con la protesta. Sólo tenía que sujetar una bandera y me podía ir a las dos de la tarde", explica.
El presidente de la Federación Española de Caza, Andrés Gutiérrez, niega que los organizadores de la manifestación contra la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad contratasen a extras para hacer bulto. "Eso son cosas de [Cristina] Narbona para boicotearnos. Ni siquiera pagamos los autobuses ni las pancartas", alega.
Tania no era la primera vez que trabajaba como figurante para esta empresa dedicada a la organización de eventos. Le llamaron en enero para trabajar en otro acto público. En aquella ocasión no tenía problemas de conciencia. "Sólo tenía que vigilar que los niños no se colaran en la cabalgata de Reyes", comenta. El contacto con la empresa se lo proporcionó su novio, que suele trabajar de vigilante de eventos.
Indignada, Tania se acordó de la organización Amnistía Animal, protectora de animales, a la que pertenecen amigos suyos. Esta asociación ha denunciado en numerosas ocasiones el maltrato al que son sometidos, según ellos, los perros de caza. Protestan por el abandono de los galgos al final de la temporada de caza y la mala alimentación que reciben por parte de los aficionados. "En la manifestación había galgos en extrema delgadez", denuncia la presidenta de la organización, Matilde Cubillo.
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