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La CE dice que la eurozona resiste la degradación económica pero empieza a sentir los efectos

EFE

La Comisión Europea destacó hoy que la zona euro "resiste" la "degradación" del clima económico gracias al crecimiento de los mercados emergentes, pero advirtió de que comienzan a sentirse los efectos de la crisis financiera y del alza de los precios de las materias primas.

En su informe trimestral sobre la economía de la zona euro, la CE asegura que los últimos datos confirman la rebaja del crecimiento anunciada en sus previsiones del pasado mes de febrero, en las que lo situaba en el 1,8 por ciento del PIB para este año.

"La economía de la eurozona continúa enfrentándose a dificultades considerables, principalmente a la incertidumbre sobre la duración y el coste final de la crisis financiera, al debilitamiento de la economía americana y al aumento de los precios de las materias primas", señaló en un comunicado el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia.

A su juicio, "a pesar de sus sólidos fundamentos económicos, la zona euro está empezando a verse afectada".

La desaceleración del crecimiento económico se debe principalmente al debilitamiento del consumo privado derivado de la subida de los precios, señaló el Ejecutivo comunitario.

En febrero, la inflación interanual en la eurozona alcanzó el 3,3 por ciento, la tasa más elevada desde que comenzó a elaborarse el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), en 1997.

La CE destacó en su informe las distintas reacciones que las economías de los Estados miembros están teniendo al aumento de los precios de la energía y de los alimentos, lo que ha creado mayores diferencias entre las tasas de inflación de los países.

A juicio de Bruselas, esto se debe al distinto peso de los alimentos y la energía en el índice de precios de cada Estado miembro, al grado de competencia en el comercio minorista y a la situación del ciclo económico en la que se encuentra cada país.

La CE considera difícil evaluar hasta que punto las turbulencias financieras han afectado a la economía real en la eurozona, golpeada simultáneamente por otras situaciones como el encarecimiento de las materias primas y el debilitamiento del comercio mundial.

En cualquier caso, Bruselas reconoce que la actividad en la zona euro se ha reducido, aunque considera "esperanzador" el crecimiento sostenido de las inversiones.

El informe de la Comisión presta también atención a las tasas de inflación y de crecimiento relativamente estables registradas en la zona euro y en la mayoría de países industrializados durante las últimas dos o tres décadas, y concluye que este fenómeno responde principalmente a la mejora de las políticas monetarias.

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