Este artículo se publicó hace 17 años.
Centros de referencia mundial abren el debate sobre el papel de la cultura en el siglo XXI
Ocho centros culturales de referencia mundial han constituido hoy en Avilés un foro de colaboración y reflexión sobre el papel que debe jugar la cultura como factor de desarrollo en la globalizada sociedad de comienzos del siglo XXI.
El proyecto que hoy ha arrancado se articulará en torno al futuro Centro Cultural Oscar Niemeyer, equipamiento diseñado para Avilés por el arquitecto brasileño del mismo nombre, que mañana cumplirá un siglo de vida y que donó el proyecto a la Fundación Príncipe de Asturias con motivo de su XXV aniversario, tras obtener el premio de las Artes en 1989.
El foro se ha constituido hoy con la presencia del ministro de Cultura, César Antonio Molina, y del presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, que participaron en el Teatro Palacio Valdés en un debate con los responsables de los centros culturales que se han sumado a este proyecto.
Para el titular de Cultura, la Fundación encargada de gestionar el futuro Centro Óscar Niemeyer ha planteado con esta iniciativa el reto de responder al doble interrogante de qué representa la cultura en el mundo "globalizado y cambiante" de comienzos del siglo XXI y cómo "puede y debe" gestionarse ésta.
Según Molina, ambas cuestiones tienen "enorme trascendencia" para la sociedad y para el bienestar de los ciudadanos, y los gobiernos tienen la responsabilidad de "garantizar a todos un acceso pleno y sin obstáculos a los bienes culturales" y de "impedir que la sola lógica del mercado sea una lastre" para la creación artística.
En nombre de los ocho centros integrantes del foro, el director artístico del Barbican Center de Londres, Graham Sheffield, ha considerado la cultura como "el motor de la regeneración" de ciudades y de territorios, además de una herramienta "para lograr la cohesión social" por el impacto económico que genera.
Para Sheffield, centros culturales como los representados hoy en Avilés, caracterizados por ubicarse en edificios singulares y por haber desarrollado el entorno en el que se asientan, deben "comprometerse" con las comunidades en las que surgen, "pero si luego el arte no tiene calidad sería una pérdida de tiempo".
Según Sheffield, el proyecto que hoy arranca en Avilés debe perseguir que la cultura se convierta "en una nueva religión" que, aunque no pueda "ofrecer vida después de la muerte", sí sea capaz "de generar bienestar y producir ideales de coexistencia pacífica".
Para el presidente asturiano, que ha definido esta iniciativa como "el 'C-8' de la cultura", en alusión al Grupo de los Ocho (G-8) integrado por los países más ricos del mundo, la cultura es "un intangible de valor extraordinario" y constituye además "un factor de prestigio y de transformación" que aúna "lo local y lo global".
Areces ha reclamado además de los partícipes en el foro "capacidad de acción y altura de miras" para constituir una "alianza de inteligencia y creatividad" que ha sido posible gracias al "gesto de generosidad" de Niemeyer al ceder su diseño a Avilés.
En este sentido, Niemeyer ha expresado hoy en un comunicado remitido a la Fundación que gestionará el centro con su nombre, que el de Avilés es el mejor proyecto que ha hecho en su vida y que está "ansioso" por verlo realizado.
A la reunión han asistido además representantes del Lincoln Center de Nueva York; del Centro Pompidou de París; de la Ópera de Sydney; del Centro Cultural de Hong Kong; del Foro Internacional de Tokio; de la Biblioteca de Alejandría y de la Fundación Laboral Ciudad de la Cultura, de Gijón.
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