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CEOE pone nuevas pegas al pacto social para ganar tiempo

La patronal presenta al Gobierno nuevas ideas de 'máximos' y cada vez se hace más difícil el acuerdo antes del verano

BELÉN CARREÑO

Con nocturnidad, la patronal española desconvocó la reunión de Diálogo Social prevista para ayer poniendo como justificación la 'falta de concreción' de las medidas propuestas por el Gobierno. El Ejecutivo y los sindicatos aceptaron el cambio de opinión de los empresarios y pospusieron la reunión al lunes, pese a que este retraso juega en contra de los planes de ambas partes alcanzar un acuerdo antes de agosto que se pusiera en práctica en otoño. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ya advirtió el miércolse de que trabajaría 'más allá de los plazos' para lograr su objetivo de recortar lo que pagan a la Seguridad Social.

De hecho, la cúpula de los grandes empresarios sigue contemplando como meta lograr una reducción de las cotizaciones en cinco puntos, diez veces por encima de la oferta del Gobierno. La patronal trasladó esta petición, junto con otras relacionadas con el absentismo o las agencias privadas de colocación, a Moncloa el pasado martes, cuando sostuvo un encuentro bilateral con el Gobierno. En principio, el contrato único (rebautizado como del siblo XXI) no aparece como una de las demandas urgentes de la patronal, que sí lo planteó para el medio plazo. Fuentes sindicales aseguran que las nuevas propuestas están incluso por encima en exigencia de las últimas presentadas por CEOE.

El secretario general de la CEOE, José María Lacasa, mostró ayer el papel con estas nuevas propuestas a los secretarios generales de CCOO y de UGT al coincidir en un acto con motivo del homenaje aniversario de los 90 años de la constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los tres representantes laborales estuvieron estudiando la nueva propuesta de CEOE, intercambiando opiniones, en algunos momentos, de forma acalorada. La intención de los sindicatos era haber debatido sobre este borrador con el presidente de los empresarios, Gerardo Díaz Ferrán, que se excusó en el último momento del acto.

Bajo el asedio de los periodistas, los secretarios generales disolvieron su espontáneo encuentro. Ayer por la tarde, los representantes sindicales mantuvieron su encuentro bilateral en Moncloa, con el jefe de la Oficina Económica, Javier Vallés, y el jefe de gabinete de Zapatero, José Enrique Serrano.

Algunas fuentes indican que hoy mismo el Gobierno podría hacer una propuesta en firme sobre la rebaja de las cotizaciones que se estudiaría en la reunión del lunes. Lo cierto, es que, Gobierno y sindicatos defienden la urgencia de adoptar lo antes posible algunas de las medidas contenidas en el documento que se discute, sobre todo la ayuda de 420 euros a los parados.

Así las cosas, los sindicatos mostraron su preocupación por el nuevo retraso, que fácilmente llevará la negociación a septiembre. Tanto el secretario general de CCOO como el de UGT temen que la dilación en el acuerdo social provoque que se agrave la situación laboral en otoño, cuando es previsible un repunte del paro y un mayor número de desempleados agoten su prestación contributiva.

Además, el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, recordó que no se pueden estar cambiando 'los perímetros' de la negociación continuamente, en referencia a las nuevas peticiones elevadas por la patronal. Por su parte, Cándido Méndez, cabeza de UGT, resaltó que el documento actual tienen una base suficiente para establecer un acuerdo con las medidas más urgentes.

En opinión de algunos miembros del Gobierno, estos cambios repentinos de la patronal obedecen a una estrategia negociadora. Fuentes cercanas a la negociación, creen que buscan resistir el máximo tiempo posible con sus peticiones para que el descontento social que prevén para el otoño acelere la aceptación de sus peticiones. Desde el PSOE cree que esta estrategia coincide con las maniobras de desgaste practicadas por el PP.

El titular de Trabajo, Celestino Corbacho, restó importancia al nuevo bache aunque recordó que el Diálogo Social 'no puede estar abierto toda la legislatura', para después matizar: 'no podemos trabajar con prisas'.

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