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Entre Cervantes y La Celestina

El Camino de la Lengua Castellana se detiene en seis ciudades relacionadas con la historia de un idioma que hoy comparten millones de hablantes en todo el mundo.

CARMEN V. VALIÑA

Los monasterios de Suso y Yuso asistieron a los primeros balbuceos del castellano escrito. Visitarlos tiene, así, mucho de viaje a los orígenes de una lengua que hoy comparten millones de hablantes. Sus ecos y los de algunos de los nombres más ilustres que la cultivaron o estudiaron, de Cervantes a Antonio de Nebrija, resuenan aún hoy en los empedrados de varias ciudades españolas. El Camino de la Lengua Castellana las reúne para trazar un auténtico itinerario de palabras.

Seis ciudades jalonan esta ruta, centrada en los orígenes y expansión del castellano: San Millán de la Cogolla, Santo Domingo de Silos, Valladolid, Salamanca, Ávila y Alcalá de Henares. Sus monumentos, escritores, plazas, claustros y bibliotecas hablan al visitante de un pasado en el que la historia se escribió en castellano. La ruta fue reconocida como Itinerario Cultural Europeo en 2002 y como Gran Ruta Cultural del Consejo de Europa dos años después.

El punto de partida, San Millán, es al tiempo el origen de la lengua que protagoniza la ruta: los monasterios de Yuso y Suso, donde aparecieron las primeras manifestaciones escritas en castellano, las Glosas Emilianenses. En estas tierras queda también el recuerdo del primer poeta en este idioma, Gonzalo de Berceo. Continúa el recorrido por otro monasterio pionero, Santo Domingo de Silos (Burgos), el lugar de las Glosas Silenses. Si su maravilloso claustro románico nos habla del pasado, el cenobio mira al futuro con la actividad de sus monjes, que llevaron el canto gregoriano a los reproductores de música de miles de personas. Monasterio poético donde los haya, Gerardo Diego dedicó versos a su ciprés, y poéticos son también los anaqueles de una botica con tarros para pócimas centenarias.

Antiguo lugar de residencia de la Corte, Valladolid ha vivido rodeada de cultura y nombres ilustres, desde los Reyes Católicos hasta Cristóbal Colón, que con su descubrimiento americano extendió los confines del castellano. De la ciudad del Pisuerga han salido nombres de la literatura tan conocidos como José Zorrilla, Rosa Chacel, Miguel Delibes, Jorge Guillén o Francisco Umbral. El propio Cervantes vivió aquí y dejó en su obra rincones vallisoletanos por los que todavía es posible transitar hoy.

¿Qué decir de Salamanca, la ciudad de la centenaria Universidad, el lugar donde Antonio de Nebrija escribió la primera Gramática en lengua española, donde Fray Luis de León impartió clases y Miguel de Unamuno ejerció de rector? De esa rica historia y de su patrimonio histórico-artístico da fe la declaración como Patrimonio de la Humanidad que recibió en 1988. Entre calles, palacios y casonas, en medio de su impresionante Plaza Mayor, es posible comparar la Salamanca de hoy con la que dibujaron, siglos atrás, La Celestina, El Licenciado Vidriera y El Lazarillo de Tormes.

Volvamos al pasado. La cita, ahora, es en Ávila. El mejor ejemplo conservado de ciudad amurallada medieval en España, Patrimonio de la Humanidad desde 1985, reivindica ese reconocimiento en el encanto de sus muros, catedral, iglesias y conventos. En ella moraron los principales exponentes de la literatura mística en lengua castellana, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.

El itinerario de palabras tiene su última parada en Alcalá de Henares. Sus calles han sido testigo de la presencia de nombres tan destacados como Francisco de Quevedo, el cardenal Cisneros o el propio Nebrija. Pero si por algo es conocida esta ciudad, sin duda es por haber sido el lugar de nacimiento y morada del escritor más universal en lengua castellana: Miguel de Cervantes. El autor de El Quijote ha dejado huella en numerosos edificios que llevan su nombre, entre los que destaca la casa-museo que recrea su vida en Alcalá.

Monumentos, visitas y sobre todo literatura, mucha y muy buena. Seguir los pasos de quienes nos han retratado a lo largo de los siglos con maestría sigue siendo, hoy en día, un sano ejercicio para redescubrirnos a nosotros mismos.



www.caminodelalengua.com

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