Este artículo se publicó hace 16 años.
El Cezanne robado el domingo en Suiza había sido hurtado por los nazis en Francia
"Le garçon au gilet rouge", una de las pinturas de Paul Cézanne que junto a un Monet, un Van Gogh y un Degas, fueron robadas de un museo de Zúrich el pasado domingo, había sido robada por los nazis en Francia.
Así lo afirmó el historiador Thomas Buomberg a la agencia nacional suiza, ATS.
Según esta versión, los nazis robaron este cuadro, junto a otros centenares de obras y los resguardaron en Suiza.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial, Berna abrió un proceso y restituyó a sus legítimos propietarios algunas de las obras confiscadas.
Sin embargo, muchos de los propietarios las revendieron posteriormente para obtener dinero y rehacer sus vidas tras la guerra.
Fue así que el industrial Emil Georg Bührle, en cuyo museo fueron robadas las obras el domingo, compró el cuadro de Cézanne y otras nueve obras a sus propietarios legítimos.
Bührle hizo su fortuna con la venta de armas y durante la guerra compró centenares de obras al marchante helvético Theodor Fischer, es por eso que es conocido por ser una de "las leyendas negras" suizas, dado sus lazos con los nazis y la compra masiva de obras confiscadas.
De su colección privada, ahora devenida Fundación Emil Bührle, fueron sustraídos el domingo por tres individuos armados el citado Cézanne, de 1888, cuyo valor asciende a 100 millones de francos (60 millones de euros).
También fueron robados otros tres impresionistas: "Champ de coquelicots près de Vétheuil" (1879), de Claude Monet; "Ludovic Lepic et ses filles" (1871), de Edgar Degas; y "Branches de marronier en fleurs" (1890), de Vincent Van Gogh.
El precio total de las 4 piezas asciende a 112 millones de euros.
El robo fue uno de los más espectaculares realizados en Suiza. La policía y los expertos continúan sorprendiéndose de la sustracción, no sólo por el modus operandi, si no por la dificultad que los ladrones tendrán para venderlos.
"Esas pinturas son invendibles. No tienen ningún valor en el mercado del arte en el mundo", afirmó al diario Le Temps, el responsable para Europa del departamento de los impresionistas y de arte moderno de la subastadora Christie's".
La causa es que pocos compradores van a arriesgarse a adquirir unos cuadros que están en las listas de Iterpol y de todas las policías especializadas del mundo.
En Suiza, el origen de una obra debe ser declarado en detalle, y la persona que adquiera una pieza robada se arriesga a una pena de prisión de hasta dos años y 200.000 francos (125.000 euros) de multa.
Es por esa razón que la teoría del "artnapping" está tomando cuerpo entre los expertos.
La palabra surge de unir arte y secuestro en inglés (art y kidnapping) y se refiere al hecho de que los ladrones hayan robado las obras para después pedir un rescate por ellas.
Según el asegurador de arte Hiscox, entre un 60 y un 70 por ciento de los robos se realizan con el objetivo de obtener un rescate.
Hasta ahora, ningún caso ha sido oficialmente censado en Suiza, según aseguró el jefe del servicio especializado en la transferencia de bienes culturales de la Oficina Federal de Cultura de la Confederación Helvética, Ives Fischer.
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