Este artículo se publicó hace 16 años.
Chad acusa a Sudán de llevar a cabo "una limpieza étnica en Darfur"
El ministro de Relaciones Exteriores de Chad, Ahmad Allam-Mi, acusó hoy a su vecino Sudán de llevar a cabo "una limpieza étnica" en Darfur que ha desestabilizado a toda esa región de África.
Allam-Mi aseguró que su país ha recibido a unos 10.000 refugiados adicionales de Darfur en las últimas semanas, a causa de la reciente ofensiva del Ejército sudanés contra poblaciones civiles cercanas a la frontera.
"Sudán realiza una limpieza étnica en Darfur, aunque no lo quiera admitir", declaró Allam-Mi en una conferencia de prensa posterior a su reunión con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El responsable de la diplomacia chadiana dijo esperar que la fuerza militar de la Unión Europea (UE) que debe desplazarse en marzo a su país y la vecina República Centroafricana ayude a "disuadir a Sudán de enviar más refugiados".
El contingente de 4.300 soldados tiene como misión proteger a los cientos de miles de refugiados de Darfur agolpados en el este de esos dos países y facilitar el trabajo humanitario de las Naciones Unidas y de las organizaciones no gubernamentales sobre el terreno.
Allam-Mi consideró que las oleadas de refugiados y la ofensiva de rebeldes chadianos que a principios de febrero casi toma Yamena son parte de una estrategia de Jartum para desestabilizar su país.
"Sudán hace lo que le da la gana dentro de sus fronteras y ahora permite que el conflicto y la desestabilización se desborde por toda la región", indicó.
El Gobierno chadiano culpa a Sudán de crear y alimentar el movimiento rebelde que desde 2003 está enfrentado al presidente Idriss Déby.
El ministro chadiano aseguró que su Gobierno "tratará de arrojar tanta luz como sea posible" sobre la situación de dos líderes opositores cuya desaparición ha sido denunciada por la UE.
Reiteró que uno de ellos, Ngarlejy Yorongar, se encuentra con vida en Yamena y se espera que pronto conceda declaraciones públicas sobre su situación.
En cuanto al otro, Ibni Oumar Mahamat Saleh, no ofreció detalles sobre su paradero.
Allam-Mi negó que las autoridades estuvieran detrás de su desaparición y recordó que la ofensiva rebelde sumió a la capital chadiana en "la anarquía", por lo que muchas personas huyeron y otras "pudieron aprovechar para ajustar cuentas personales".
Aseguró que el Gobierno "no tiene nada que ocultar" en materia de derechos humanos, por lo que invitó a la comunidad internacional a participar en una comisión recién creada para investigar este tipo de casos.
Al mismo tiempo, confirmó que Yamena mantiene conversaciones "secretas" con miembros disidentes de los grupos rebeldes que "han respondido a la mano tendida del presidente".
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