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"Chanel era una mujer frágil, pero no débil"

Entrevista a Audrey Tautou, actriz

GUILLAUME FOURMONT

Es menuda, muy menuda. Con el pelo corto, un vestido y un sombrero de lana, Audrey Tautou (Beaumont, Francia, 1976) aún guarda la mirada ingenua de Marie, la peluquera de Venus, salón de belleza, el primer largometraje de una actriz que sólo conocía los platós de televisión. Fue hace diez años y desde entonces vive pegada a la imagen de Amélie, el papel que la convirtió en estrella.

Es muy difícil hablar a solas con ella, y cuando viene a Madrid para promocionar Coco. De la rebeldía a la leyenda de Chanel, de Anne Fontaine, hay que conformarse con una mesa con media docena de periodistas mirándola como si fuera la mujer más guapa del mundo. Tautou interpreta a Coco antes de ser Chanel, y tiene los mismos ojos llenos de determinación.

Cuando termina la entrevista, se atreve: coge una Leica de su bolso y saca dos fotos de sus entrevistadores. 'Es para mí', justificó.

Karl Lagarfeld, heredero de Chanel, dijo que, en su época, una mujer sólo podía ser criada o puta. ¿Tan fuerte era Coco?

No creo que fuera tan fuerte, se endureció con los años. Si hubiese sido inquebrantable, no habría tenido éxito. Tenía una personalidad muy atractiva y, para evitar los tópicos, era más interesante desvelar sus fallos, su fragilidad. Pero cuidado, ella era frágil, no débil.

¿No fue difícil interpretar a un icono de la cultura francesa?

Me interesó más interpretar a una personalidad compleja que a un icono. No sólo era una persona dura, desinhibida e insegura, sino que también tenía una faceta dolorosa. Para mí eso ha sido el mayor reto y el más bonito.

Se dice que usted comparte rasgos de carácter con ella.

Sí, compartimos algunas cosas, aunque soy más piano...

Existen varias versiones de la juventud de Coco. ¿Cómo trabajó?

Intenté creer en las diferentes fuentes, confiar en la biografía de Edmonde Charles-Roux. Fue un placer pretender conocerla y dar tu propia versión. Cuando uno interpreta a alguien que existió y no puede confiar únicamente en la imaginación hay una especie de corsé interior. Es más más complicado que inventar una personalidad.

Pero perdió la ocasión de envejecer en la pantalla, algo que está muy de moda. ¿Se arrepiente?

No me arrepiento en absoluto. Prefería entrar en profundidad en un momento más corto de su vida que sobrevolar toda su biografía en una película. Y no elijo mis papeles en función de los premios que podría ganar, porque si no, la hubiera interpetrado con 87 años y... ¡hubiera asombrado a todo el mundo!

Después de una película sobre Edith Piaf, ahora la historia de Coco Chanel. ¿Qué opina de los biopic? ¿Le gustan?

No quisimos hacer un biopic. Narramos el retrato de una mujer, sin contar todos los acontecimientos de su vida. A mí, como espectadora, los biopic me encantan.

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