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Charles Manson, un icono del mal en EEUU 40 años después de sus crímenes

EFE

Cuarenta años después de los asesinatos perpetrados por la secta de Charles Manson, el nombre de este convicto, que aterrorizó a Hollywood y puso un final sangriento a la bohemia década de los 60, se sigue utilizando en EEUU como sinónimo de maldad.

La noche del 8 al 9 de agosto de 1969, cuatro miembros de "La familia", un grupo sectario liderado por Manson, asaltaron la casa de la actriz Sharon Tate, de 26 años, y esposa del cineasta Roman Polanski, con el único objetivo de matar a quienes se encontraran en su interior.

Tate, el productor Wojtek Frykowski, la heredera de una conocida compañía cafetera Abigail Folger y el peluquero de famosos Jay Sebring, se encontraban en la vivienda, fueron maniatados y posteriormente acuchillados.

Aquella jornada también murió el bebé que esperaban Polanski -ausente de viaje en Londres- y Tate, embarazada de ocho meses, a pesar de las súplicas de la actriz que pedía por la vida del nonato, según confesó Linda Kasabian, mujer que formó parte del grupo de Manson y cuyo testimonio permitió la condena de los implicados.

Al día siguiente "La familia" perpetró otro brutal crimen al acabar con la vida de un matrimonio que poseía una próspera cadena de supermercados.

En dos días estos asesinos asestaron 170 puñaladas a sus víctimas elegidas sin razón aparente de entre los ricos residentes de los barrios lujosos en Los Angeles; unos sucesos que causaron pánico en Beverly Hills y en Bel Air donde el miedo hizo que se cancelaran las típicas fiestas de verano.

Aquellos incidentes simbolizaron en EEUU el final de una década marcada por los mensajes de paz y amor de movimiento hippy y convirtieron a Manson en el "hombre vivo más peligroso" del mundo, según un reportaje publicado por la revista Rolling Stone en 1970.

El cabecilla de "La familia" fue declarado culpable de matar a nueve personas -más crímenes verían la luz tras su captura- y fue condenado a muerte en California junto con otros tres miembros de su secta.

Finalmente, los culpables evitarían la cámara de gas después de que la pena capital fuese declarada inconstitucional en este Estado.

Manson, que está preso en la cárcel de Corcoran, situada 240 kilómetros al noroeste de Los Angeles, es ahora un solitario anciano de 74 años con el pelo cano, sin la melena que lució en los 60, y con una esvástica tatuada en su entrecejo.

En 2007 vio cómo se le denegaba por décimo primera vez su solicitud de libertad condicional porque seguía "representando un peligro irracional a otras personas y podría dañar a cualquiera que mantenga contacto con él", según aclaró la Junta de Audiencias de Libertad bajo Palabra de California.

Los expertos coinciden en que lo que hizo de Manson una amenaza de primer nivel para la sociedad fue su capacidad para manipular la mente hasta el punto de convencer a alguien para asesinar a sangre fría.

Este recluso hizo creer a sus seguidores que era un nuevo mesías que encarnaba a Cristo y al Diablo en la misma persona y cuyo último propósito era hacerse con el control de EEUU a través de un levantamiento que denominó Helter Skelter, igual que una canción de los Beatles que Manson dijo que recogía detalles de su plan.

Su nombre ha pasado a la cultura estadounidense como paradigma del mal, tanto es así que el conflictivo ex boxeador Mike Tyson se comparó con él como atenuante para recuperar su licencia de púgil.

"No soy la madre Teresa, pero tampoco Charles Manson", afirmó Tyson en 2002.

Al margen de sus macabras elucubraciones, el día a día de este psicópata pasaba en cordialidad con su grupo "tocando la guitarra, bailando, contando historias y siendo libre", según dijo Kasabian en un documental.

De hecho, Manson tenía talento como músico y llegó a grabar algunas canciones con el guitarrista de los Beach Boys, Dennis Wilson. Juntos escribirían el tema "Never Learn Not to Love" que más tarde sería grabado por la conocida banda californiana.

Fernando Mexía

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