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Chávez pide "trabajo duro" para lograr el triunfo "indudable" en el referendo

EFE

El presidente venezolano, Hugo Chávez, exigió hoy ante una multitudinaria concentración oficialista "bregar duro" para lograr un triunfo "contundente e indudable" en el referendo sobre la reforma constitucional que, reiteró, es indispensable para el avance de su proyecto socialista.

Con el gran acto de masas, que congregó en la céntrica avenida Bolívar de Caracas a oficialistas de todo el país, Chávez abrió la campaña por el "sí" a la reforma en el referendo convocado para el 2 de diciembre por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

En un fogoso discurso, reprendió a dos de sus ministros por ser "débiles" ante las recientes acciones opositoras en contra de la reforma, y sugirió al jefe del despacho del Interior, Pedro Carreño, "evaluar" la conveniencia de autorizar nuevas manifestaciones anti-Chávez dada la "violencia" que, a su juicio, las caracteriza.

Citó las recientes protestas estudiantiles, en las que "quemaron unos chagüaramos (palmeras)" de la avenida Bolívar, así como llamados opositores a la "insurrección y al golpe" transmitidos por cadenas privadas de televisión.

"¿Cómo vamos a permitir que vengan los hijos de los ricachones a quemarnos la avenida Bolívar, agrediendo a la policía? ¡Los vimos, ni siquiera se tapan los rostros! ¿Dónde está la DIM (Dirección de Inteligencia Militar) la (policía política) DISIP, tendré que salir yo a agarrarlos?", manifestó, vehemente, Chávez.

"¿Qué debilidad es esa?", se preguntó el gobernante al reclamar que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones no ha aplicado "sanciones" a los medios privados que, según dijo, han transmitido "llamados al golpe" militar de sectores opositores.

Chávez ordenó a sus seguidores estar "alerta" porque la oposición "fascista" ha puesto en marcha planes "desestabilizadores" para impedir el referendo, entre ellos, "utilizar, azuzar" a los estudiantes universitarios para generar "hechos de sangre".

Los presuntos artífices de los planes "desestabilizadores" son unos "terroristas" que "andan buscando muertos, ¡y no vamos a permitirlo!", expresó el jefe de Estado.

Frente a una ruidosa "marea roja", Chávez se mostró confiando en el triunfo en el referendo, aunque reiteró que el principal escollo a salvar para lograr una "victoria contundente" es la "abstención".

También admitió que existen "muchos" ciudadanos "indecisos" sobre los beneficios de la reforma, y se explayó al dar instrucciones a sus seguidores para que promuevan la aprobación de la modificación de 69 de los 350 artículos de la Carta Magna de 1999.

La reforma plantea, entre otros, la reelección presidencial ilimitada, varios tipos de propiedad, como la comunal, además de la privada, y establece la restricción del acceso a la información y del derecho al debido proceso durante los estados de excepción.

"Me quedan cinco años" del período presidencial 2007-2013 y en ese tiempo "no vamos a terminar" los cambios "revolucionarios", por lo que "si ustedes quieren estaré en el timón hasta el 2020, no se cuánto, para terminar la redondez del círculo", argumentó Chávez al explicar la importancia de la reforma.

Reveló además algunos de sus planes "post-reforma", como entregar a las "comunas" la administración de las gasolineras para que la "ganancia le quede al pueblo y no al capitalista".

El pasado 15 de agosto Chávez presentó ante el Parlamento oficialista un proyecto de reforma de 33 artículos que fue ampliado a 69 por los diputados.

Chávez afirma que la reforma dará "más poder al pueblo" y reforzará el proyecto "revolucionario" de instaurar el sistema socialista, el "único camino a la paz y la justicia".

Los partidos de oposición, la cúpulas empresarial y de comerciantes y el Episcopado rechazan los cambios constitucionales por considerar que "acaban con la democracia", otorgan poderes "imperiales" a Chávez y lo "eternizan" en el poder, que asumió por primera vez en 1999.

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