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Chávez rompe con la Colombia de Uribe

Las armas de las FARC pueden ser robadas, según expertos

ANTONIO ALBIÑANA

La congelación de relaciones diplomáticas con Colombia decretada ayer por Venezuela y la reafirmación de la ruptura por parte de Ecuador, diseñan un escenario de tensión en la zona andina que muy pronto podría extenderse a otros países como Bolivia o Nicaragua, en una escalada de la tensión de consecuencias imprevisibles.

El antecedente fue el preacuerdo entre los gobiernos de Bogotá y Washington para el uso de cinco bases militares en territorio colombiano. Este documento deberá firmarse el 4 de agosto. Pero el detonante ha sido la denuncia del Ejecutivo colombiano y las insinuaciones del propio presidente Uribe sobre una supuesta venta a las FARC de lanzacohetes de fabricación sueca adquiridos por el Gobierno venezolano hace veinte años.

La 'congelación de relaciones' supone la retirada de todos los diplomáticos. La respuesta de Chávez ha sido inmediata. A la salida del Consejo de Ministros del martes anunció la retirada de su embajador y del personal diplomático en Bogotá, en el marco de una 'congelación de relaciones' que incluye la sustitución de Colombia por Brasil como socio comercial privilegiado. La medida no excluye la posible expropiación de empresas colombianas en Venezuela. Durante su anuncia, Chávez desplegó toda su artillería dialéctica contra el primer mandatario colombiano: 'El Gobierno de Uribe da vergüenza. Está dirigido por el irresponsable de peor calaña que he conocido en mi vida'.

El pánico se extendió ayer entre los empresarios colombianos ya que el mercado venezolano representa el segundo destinatario de su comercio, después de EEUU. Algunos sectores, como el textil, pueden verse abocados a quiebras generalizadas. Y, como sucede con Ecuador, la población de las fronteras, que en miles transita diariamente de un lado al otro de la aduana, experimentaron ayer una gran zozobra ante un previsible cierre de los pasos fronterizos o la petición de complejos requisitos como sucedió en la mañana de ayer en la región de Los Llanos.

En el consulado venezolano en Bogotá, un guarda indicaba al numeroso público colombiano y venezolano que acudía a realizar trámites, que había llegado una orden de Caracas para interrumpir el trabajo hasta nueva orden. El Gobierno venezolano puede llegar a expropiar firmas colombianas

Sobre el asunto de los lanzacohetes suecos encontrados en campamentos de las FARC, se trata, según dijo el canciller venezolano a la salida de un encuentro con su colega español, Miguel Ángel Moratinos, 'de una campaña brutal con un solo objetivo, justificar la presencia de bases estadounidenses en territorio colombiano'.

El consultor en seguridad y defensa que trabaja para varias multinacionales Latinoamericanas, John Marulanda, desmintió ayer a Público la versión colombiana sobre estos lanzacohetes: 'Cinco lanzamisiles Carl Gustav, como los incautados en campamentos guerrilleros, fueron robados, en época anterior a la presidencia de Chávez, en dos asaltos de las FARC a bases militares de la Marina de Venezuela en Carabobo, donde mataron a siete infantes de marina e hirieron a doce más, robando otro material, como ametralladoras 12-50'. Bastaría con la identificación del material que se llevó la guerrilla para acabar con la controversia. Pero Uribe ya lanzó la piedra.

Alarmado por el aumento de la tensión con Venezuela, el mandatario colombiano difundió ayer en Costa Rica un comunicado en el que afirmó que hace un mes se dirigió a Caracas para indagar sobre el armamento incautado a la guerrilla, al tiempo que subrayaba 'su voluntad de diálogo'.

Algunos aspirantes a la Presidencia de Colombia, como el liberal Alfonso Gómez, pidieron ayer al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que medie en esta crisis para evitar un conflicto.

El comercio entre Colombia y Venezuela alcanzó un volumen superior a los 7.000 millones de dólares en 2008. Ambos gobiernos coincidieron en una de las últimas cumbres en empezar a estudiar otros mercados con el fin de suplir el dinamismo de negocios que se mueve en la frontera, la segunda más activa de Latinoamérica.

El ministro de Comercio colombiano, Luis Guillermo Plata, admitió ayer que “no será fácil” reemplazar a un mercado como el venezolano y mostró su optimismo en el restablecimiento de las relaciones entre ambos países.

Datos de las cámaras de comercio colombiana y estadounidense destacan que, por culpa de la crisis económica, el comercio colombiano con Estados Unidos ha sufrido un descenso del 37% en los siete primeros meses de 2009, mientras que con Venezuela continúa en los mismos parámetros de 2008.

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