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"Los checos han hecho borrón y cuenta nueva con el comunismo"

La escritora checa Mónika Zgustova recupera la dureza del comunismo en Checoslovaquia en su última novela 'Jardín de invierno'

PAULA CORROTO

Eva vive en la Praga comunista de los cincuenta. Tiene 17 años y no sabe muy bien cómo debe ser su postura ante el régimen. Allí conoce a Milan, un chico tosco, fiel a la onda soviética. También se ve con Karel, un joven violonchelista hipersensible que desea huir del régimen.

En estos tres arquetipos tan distintos se asienta la nueva novela de la escritora checa Mónika Zgustova, Jardín de invierno, publicada por Destino. En ella vuelve a recrear la época en la que ya ambientó su primera novela La mujer silenciosa (2005): los años duros del comunismo en Checoslovaquia y las diferentes percepciones. Según confiesa la autora, los dos forman parte de una trilogía que culminará con un tercer libro que se centrará en los exiliados.

Este tercer volumen remitirá a su propia historia. Tras la Primavera de Praga (enero-agosto de 1968) los padres de Zgustova abandonaron el país a través de La India para marcharse a EEUU. 'Fue mediante un viaje organizado del cual sólo volvieron a Praga cuatro personas. Evidentemente, ya no hubo más viajes organizados', recuerda con sorna. Después, ya en los ochenta, ella llegó a España y decidió asentarse en la ciudad de Sitges.

Así comenzó su carrera como traductora de autores checos como Milan Kundera, Vaclav Havel, Bohumil Hrabal y Jaroslav Hasek. 'Eran escritores que apenas se conocían aquí. Ahora, sin embargo, creo que la literatura checa está bastante bien representada', afirma. Precisamente, con respecto al affair Kundera del pasado año -se le acusó de haber delatado a un estudiante ante la policía comunista-, la escritora es tajante: 'Estoy segura de que aquello fue una infamia'.

A pesar del exilio, Zgustova nunca ha olvidado las circunstancias históricas de su país. Por eso, como le ocurre a la reciente premio Nobel Herta Müller con la Rumanía de Ceaucescu, en su obra siempre aparece la Praga bajo la dictadura. 'Yo viví una época compleja y no puedo escribir sobre un fondo muy pacífico. Además, yo creo que los tiempos que vivimos forman parte de la vida de las personas. Sin la Primavera de Praga, yo no estaría ahora aquí', reconoce.

Hay, además, otra razón: el compromiso. 'La memoria es muy importante y yo creo que en la Europa occidental todavía no se entiende lo que pasó en la Europa del Este. Con las novelas, yo intento que se entienda', manifiesta.

'Desde el Muro apenas se han publicado novelas sobre la época comunista'

Su caso es una rareza en su país, donde, según confiesa Zgustova, 'desde el Muro apenas se han publicado novelas sobre la época comunista'. Para ella, esto se explica porque 'los checos han decidido hacer borrón y cuenta nueva. Un poco como pasó en España hasta no hace mucho. Sin embargo, esto no lo han hecho ni los polacos ni los húngaros', sugiere.

En la novela Jardín de Invierno, la autora traza toda la historia del totalitarismo en su país hasta la Caída del Muro.

Preguntada sobre su percepción del régimen, ella sostiene que fue 'algo inevitable en Rusia'. Sin embargo, aunque es muy crítica con la época, también reconoce que tras el la caída del telón de acero, hubo mucho desencanto.

'La caída del Muro fue un momento muy feliz, pero después se estableció un capitalismo salvaje sin precedentes y la gente empezó a sufrir el doble porque perdió los puntos de referencia que tenía en la dictadura.Los únicos que ganaron fueron los oportunistas, los que se cambiaron de bando al día siguiente', señala. Y precisamente, para Zgustova ahora hay uno de estos oportunistas en boca de todos: Václav Klaus, el presidente actual de la República checa que no quiere firmar el Tratado de Lisboa de la Unión Europea.

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