Este artículo se publicó hace 13 años.
Los Chillida, dispuestos a retomar las conversaciones con las instituciones
Ignacio y Luis Chillida, dos de los hijos del escultor, han dicho que no se han sentido bien tratados por el Gobierno Vasco durante las negociaciones sobre el futuro del museo Chillida Leku, aunque se han mostrado dispuestos a retomar las conversaciones pero con "rigor, seriedad y profesionalidad".
"No ha existido rigor en las propuestas del Gobierno Vasco", ha asegurado Luis Chillida, quien junto a su hermano Ignacio ha comparecido ante el Parlamento Vasco, a petición del PP, para explicar el pasado, presente y futuro del museo Chillida Leku de Hernani (Guipúzcoa), y los motivos por los que no se llegó a un acuerdo para gestionar este espacio escultórico.
El museo cerró sus puertas al público el 31 de diciembre pasado después de que la familia anunciara la imposibilidad de sostener económicamente Chillida Leku desde la gestión privada.
Posteriormente, el 18 de marzo, la familia decidió su cierre definitivo al no llegar a un acuerdo con el Gobierno Vasco y la Diputación de Guipúzcoa para intentar mantener abierto el museo, que seguirá su actividad como colección privada pero no será accesible al público.
Las instituciones hicieron una oferta económica para la adquisición del centro, cifrada en 80 millones de euros, que la familia rechazó no por cuestión de dinero, ha precisado hoy Ignacio Chillida, sino porque no se garantizaba la unidad de la colección en los actuales terrenos ni el carácter monográfico del museo.
"No se ha llegado a un acuerdo porque no se firmaba un respeto a Chillida, a su obra y al museo", ha recalcado el hijo del escultor, si bien se ha mostrado dispuesto a hablar "de lo que sea" con las instituciones, aunque con la condición de que se cumplan "ciertas cosas", principalmente que se mantenga unido el legado de su padre.
También ha reconocido que ha habido "ciertos problemas de comunicación" con la consejera de Cultura del Gobierno Vasco, Blanca Urgell, mientras que su hermano Luis ha exigido, para llegar a un acuerdo, una "parte jurídica" que garantice lo que va a pasar en el futuro con las esculturas.
Urgell señaló recientemente que la causa de la ruptura de las negociaciones fue "esencialmente económica", algo que ha negado Ignacio Chillida, para quien el dinero "no ha sido un problema nunca", sino la falta de garantías para mantener el carácter monográfico del museo y el derecho de la familia a la salvaguarda del mismo.
Al respecto, ha argumentado que si el problema de la familia fuese una cuestión económica nunca hubieran acudido a las instituciones públicas para negociar, sino al mercado del arte, donde las obras del escultor tienen un "valor en alza".
Sobre el futuro de Chillida Leku, Ignacio ha recordado que, aún sin visitantes, el museo le cuesta a la familia unos 300.000 euros al año, y ha hablado de buscar caminos "no transitados".
Ignacio Chillida ha anunciado que se ha concertado la celebración de un seminario taller sobre la obra de su padre a finales del verano y se está estudiando ampliar la colaboración con otras entidades y museos nacionales y extranjeros.
La familia está trabajando también en diferentes proyectos "por el mundo" y en un simposio sobre Chillida y su obra para 2012.
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