Este artículo se publicó hace 15 años.
China califica la subasta de bronces como "ilegal" y amenaza a Christie's
El Gobierno chino reaccionó hoy con dureza a la subasta de dos bronces chinos en Francia pertenecientes a la colección privada de Yves Saint Laurent y Pierre Bergé, y calificó la venta de "ilegal".
Las autoridades de Pekín advirtieron también que la casa de subastas Christie's, organizadora de la puja, tendrá problemas para continuar sus operaciones en China de ahora en adelante.
"Condenamos la subasta, que es ilegal. Christie's asumirá toda la responsabilidad por esta acción y sus resultados", advirtió en un comunicado la Administración Estatal de Patrimonio Cultural, y añadió que el hecho "tendrá una grave influencia para el desarrollo de la empresa (la casa de subastas) en China".
China ha tratado durante semanas de detener la subasta de estas dos piezas, una cabeza de conejo y otra de rata que fueron robadas durante la destrucción y saqueo del Antiguo Palacio de Verano de Pekín, en 1860.
El comunicado de la administración china, publicado en su "web" oficial, explicó que sus responsables se han reunido en los últimos días con los de Christie's para tratar de detener la subasta "pero la compañía ha decidido continuar".
Pekín se lamenta de que la actitud de Christie "daña los sentimientos del pueblo chino" y no respeta los derechos históricos de China sobre esos bienes culturales.
Al término del comunicado, la institución asegura que llevará a cabo "todos los esfuerzos posibles" para recuperar las piezas subastadas, que se vendieron ayer, miércoles, por 35 millones de dólares (28 millones de euros) a compradores cuya identidad no fue revelada.
Las piezas formaban parte de los muchos bienes subastados estos días en la que ha sido llamada "la subasta del siglo" por la gran cantidad de objetos vendidos y su gran valor.
El modisto francés Saint Laurent, fallecido el pasado verano, compró las piezas chinas de la discordia hace ya muchos años en una venta privada.
Antes de la subasta su compañero, Pierre Bergé, dijo estar dispuesto a donarlas a China si las autoridades de ese país se comprometían a respetar los derechos humanos, algo que Pekín calificó de "ridículo".
El Antiguo Palacio de Verano, residencia estival de los emperadores chinos, fue destruido por tropas francesas e inglesas y hoy en día sigue en ruinas, como símbolo de las agresiones y humillaciones que China sufrió en el siglo XIX a manos de las potencias colonialistas occidentales.
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