Este artículo se publicó hace 14 años.
China se compromete a ayudar a Portugal a salir de la crisis
China y Portugal se comprometieron este fin de semana a fortalecer sus relaciones estratégicas tanto a nivel político como económico, en un acuerdo que recoge la disposición del país asiático a ayudar a su socio luso a salir de la crisis.
La visita de dos días a Portugal del presidente chino, Hu Jintao, propició la firma de varios acuerdos de cooperación económica entre los gobiernos de ambos países y algunas de sus empresas más representativas, además de marcar como objetivo prioritario duplicar sus intercambios comerciales, ahora de unos 2.000 millones de euros.
El apoyo chino llega en un momento difícil para la economía de Portugal, castigada por los mercados por la falta de confianza en su recuperación y blanco de especulaciones de una posible petición de ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) si los intereses que paga por refinanciar su deuda siguen en alza.
El primer ministro luso, José Sócrates, ha recibido en sólo quince días la visita de los presidentes de Venezuela, Hugo Chavez, y China, con quienes ha firmado acuerdos económicos con la esperanza de que ayuden a la recuperación del país y atraigan inversiones y mayor confianza en los mercados.
El dirigente chino aseguró hoy en una intervención ante la prensa -que no admitió preguntas como todas las realizadas durante su paso por Francia y Portugal- que su país está dispuesto "a apoyar con medidas concretas el esfuerzo" de Portugal para luchar contra la crisis financiera.
Sin embargo, Jintao no precisó en qué consisten esas "medidas concretas" y tampoco hizo mención a la posibilidad de comprar deuda pública portuguesa, tal y como se especula en Lisboa.
Sócrates, por su parte, subrayó que el propósito de estos acuerdos es duplicar el comercio bilateral entre China y Portugal, que está valorado actualmente en torno a los 2.000 millones de euros.
Las dos jornadas de visita del líder chino a Lisboa, adonde llegó procedente de Francia y acompañado por un centenar de empresarios, concluyeron con un almuerzo oficial y la firma de un total de trece acuerdos de cooperación económica en el ámbito energético, turístico y bancario, entre otros.
Los Gobiernos de China y Portugal se comprometieron también a "incentivar" la entrada de empresas de ambos países en sus mercados.
En el marco de estas reuniones bilaterales, algunas de las compañías lusas de mayor peso, como Portugal Telecom (PT), Energias de Portugal (EDP), Banco Central de Portugal (BCP) o el Banco Privado de Inversiones (BPI), llegaron a acuerdos con empresas del país asiático como China Power International (CPI), Huawei, el Banco de China o el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC).
Especialmente importante se considera el memorándum de cooperación firmado por CPI y EDP que recoge el interés de la firma china por entrar en el capital de la compañía portuguesa como "accionista de referencia", tal y como confirmó tras la reunión el presidente de esta última, António Mexia.
Más allá de la economía, los líderes de China y Portugal coincidieron en subrayar también la importancia de fortalecer sus relaciones políticas y estratégicas, especialmente en lo que concierne a la Unión Europea.
Jintao agradeció repetidamente el papel jugado por Portugal en las negociaciones encaminadas a mejorar los intercambios entre China y la UE, mientras que el presidente de la República lusa, Aníbal Cavaco Silva, abogó el sábado, en otro acto con su homólogo chino, por la firma de un nuevo acuerdo entre ambas potencias.
La relación entre el país asiático y Portugal está marcada por la entrega a China de la ex colonia lusa de Macao en 1999, que fue recordada en varias ocasiones por los dirigentes de los dos países.
Precisamente en Macao se celebra la semana próxima el Fórum para la Cooperación Económica y Comercial entre China y los Países de Lengua Portuguesa, a la que asistirá tanto el primer ministro luso como su homólogo chino, Wen Jiabao.
Hu Jintao acaba hoy en Lisboa su gira de cuatro días por Europa después de visitar también Francia, donde se suscribieron acuerdos de mayor calado, entre ellos la compra de 102 aviones Airbus para Pekín valorada en 14.000 millones de dólares.
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