China está enchufada

Cómo girar la tortilla a tiempo de evitar que el huevo se queme es lo que ha hecho Simon, la multinacional española que fabrica los enchufes e interruptores que están instaladas en buena parte de las casas del país.

Las cosas no han sido fáciles. En 2007, registró su récord de ventas, de 350 millones. Tan sólo un año después, entró por primera vez en pérdidas. A partir de aquí, llegaron los expedientes de regulación de empleo, que mantuvieron a 800 del millar de empleados que tiene en España paralizados temporalmente. Con ello, en 2009 logró cierto equilibrio en el balance.

La caída del negocio en España ha ido casi a la par que el auge en el exterior

Sin viviendas en construcción a las que suministrar en España, el mercado nacional, que era el único destino de su producto hace tan sólo ocho años, se ha ido a pique. "No hay esperanzas de que la edificación se recupere en los próximos tres años ni tan sólo a la mitad de lo que se construía en 2007", considera el director general, Xavier Torra.

Al igual que su empresa, todas las estrechamente relacionadas con la construcción han visto reducidas sus ventas en al menos un 50%. "Todos se han quedado en la mitad o menos", señala.

Sin embargo, un viraje a tiempo hacia el exterior ha permitido cambiar las cosas. España representó el año pasado el 60% de las ventas. La facturacion creció especialmente fuera, y su reto es que las ventas a otros países representen el 70% del negocio.

Simon ha abierto 300 franquicias en China entan sólo un año

En los años previos a la crisis, Simon había desarrollado nuevas líneas de negocio, buscando su crecimiento y diversificación. Optó por el mobiliario urbano, la iluminación interior y sistemas de seguridad. Los resultados no han sido los esperados por culpa de la crisis. Pero, paralelamente, han ido apareciendo nuevas y grandes oportunidades, que la multinacional, con 14 fábricas en 11 países distintos, ha sabido aprovechar.

Y es que en China sí que se construye y mucho. La cada vez más numerosa clase media demanda nueva vivienda. Además, el sistema de construcción en el país favorece sobremanera a Simon. "En China se venden los pisos sin acabar. Los propietarios compran el espacio y poco a poco van adquiriendo todos los acabados para terminarlo", explica Torra. De aquí que hayan proliferado grandes superficies comerciales con tiendas que venden todo tipo de materiales y accesorios. Simon se ha adaptado a este sistema y ya cuenta con 800 franquicias por todo el país, pequeñas tiendas que, bajo el nombre de Sim Home, venden interruptores y sistemas de iluminación interior. En el último año, Simon ha abierto ni más ni menos que 300. Esta idea empieza ahora a implantarse en Vietnam, donde pronto abrirá su segunda tienda.

Brasil es otro de los mercados en los que la compañía ha puesto el ojo.

Si bien quedarán lejos los 350 millones de facturación logrados en 2007, para este año se esperan alcanzar los 300 millones, un 13% más que el anterior. Habrá beneficios "moderados", indica Torra. "Fuera, las cosas no tienen nada que ver con la tristeza y la poca expectativa que hay aquí", afirma con rotundidad.

Pese a haber virado la situación, la dirección sigue tomando medidas para recortar costes. La principal es el cierre de la planta del barrio de Poblenou de Barcelona, en la que trabajan 60 personas. Los planes pasan por trasladar todos los bienes al resto de fábricas. A la plantilla se le ha ofrecido el traslado a Martorelles, Canovelles, Olot y Girona, dependiendo de su puesto.

Al margen del negocio eléctrico, Simon estudia lanzar un fondo de capital riesgo, inicialmente de un millón de euros, para apoyar a nuevas empresas industriales. "Ahora hay pocas iniciativas industriales y hace falta darles apoyo", comenta Torra, que añade: "¿Quién si no la industria nos está sacando de la crisis?".