Este artículo se publicó hace 15 años.
China: el invitado polémico
El Gobierno chino intenta boicotear la participación de dos escritores en la programación de la Feria de Fráncfort
Andrea Rodés
Al proponer a China ser el país invitado de honor, los organizadores de la Feria del Libro de Fráncfort sabían de antemano que la polémica estaba garantizada. ¿Asistirán los autores censurados? ¿Podrán debatirse la falta de libertad de expresión o la importancia de proteger los derechos de autor sin irritar a las autoridades chinas? ¿Ha cedido la feria a algún tipo de requisito censurador por parte de Pekín?
Algunas de estas preguntas empezaron a obtener respuesta esta semana, al saberse que el Gobierno chino intentó boicotear la participación de dos escritores disidentes, Bei Ling y Dai Qing en un simposio literario que se celebró el pasado fin de semana en Fráncfort, dentro del programa oficial de la feria, que se inaugura el próximo 14 de octubre.
"Dai Qing y Bei Ling fueron retiradas de las lista de participantes a petición del país invitado de honor. Sólo bajo esas condiciones China está preparada para participar en el evento", reconoció el pasado día 10 en un comunicado el director de la feria, Juergen Boos, poco después de que la prensa alemana difundiera la noticia de que Dai destacada periodista y ecologista china decidiera pagarse ella misma el billete de avión para volar a Alemania cuando supo que le habían retirado la invitación al simposio, y cancelado su pasaje y su visado.
Ese mismo día, Bei Ling, poeta y ensayista exiliado en EEUU, confirmaba al semanario Der Spiegel haber recibido una llamada de los organizadores pidiéndole que no volara a Fráncfort, "para evitar desencadenar un escándalo".
Debate intelectual
Los escritores que no acuden eran lo más importante de la feria
El debate abierto por medios alemanes, que acusan a la organización de la feria de haber cedido a la presión de China y el empeño de los dos escritores desinvitados a venir por su propia cuenta han sido clave para que el simposio, titulado China y el mundo: percepciones y realidades, arrancara finalmente el pasado sábado con todos los participantes.
"Puedo asegurar que la Feria de Fráncfort defiende la libertad de expresión y de prensa", dijo Boos en un comunicado posterior, en el que se mostraba "apenado" por lo sucedido. El semanario fue organizado por las autoridades chinas y el Pen Club, asociación de escritores de todo el mundo, entre los que se incluyen autores chinos censurados. Boos espera que "conduzca a un diálogo entre intelectuales de ambas partes".
La polémica participación de Dai y Bin es un anticipo de lo que puede suceder durante la feria, donde "lo más importante no serán los escritores que vendrán, sino los que no vendrán", explica Simone Bühler, coordinadora de la programación oficial de China en Fráncfort. Bühler aprovechó la Feria del Libro de Pekín para reunirse con representantes de la Administración General de Prensa y Publicaciones de China (GAPP), la organización estatal que se ha encargado de diseñar los 400 eventos que tendrán lugar en el pabellón chino de la feria y de seleccionar a los 25 escritores chinos que viajaran a Fráncfort. Todos son miembros de la Asociación de Escritores de China (AEC), organismo al que pertenecen los escritores en línea con la censura oficial.
Pekín seleccionó a los 25 escritores que estaránen Fráncfort
Escritores oficialesEntre los escritores seleccionados está Mo Yan, conocido por Sorgo Rojo, pero Bühler teme que la mayoría de autores de la lista no sean representativos de la literatura china contemporánea y está preocupada por si la programación de la GAPP peca de propagandística. Algo que espera paliar con la veintena de eventos paralelos programados en la feria, en los que figuran mesas redondas sobre temas sensibles para el Gobierno chino como la libertad de expresión, la literatura en Tíbet o Taiwan, o la piratería las copias representan un 70% de las ventas de libros en China. Se espera que la feria cuente con la presencia de exiliados como Ma Jian, autor de Pekín en coma (Mondatori, 2008).
"Al final es todo una cuestión política", dice Peng Lun, editor de Shangai99, la editorial que comercializa La sombra del viento, en China, y que estará presente en Fráncfort. Peng lamenta que el Gobierno no haya consultado a las editoriales chinas a la hora de seleccionar a los 25 escritores que irán a Fráncfort y no cree que influyan a la hora de aumentar el interés por la literatura china en Occidente, todavía muy bajo. "El problema principal es que las editoriales chinas aún no tenemos experiencia para vender en el mercado internacional", dice Peng. El otro gran problema es la falta de recursos para pagar las traducciones, el primer paso para poder presentar un libro chino en el extranjero, según Peng.
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