Este artículo se publicó hace 17 años.
El chófer de Diana pudo beber alcohol por su estrecha relación con los Al Fayed
Henri Paul pudo beber alcohol antes de subir al coche que condujo a la muerte a Diana de Gales dado la estrecha relación que tenía con la familia Al Fayed, que le permitía contravenir las normas de los empleados del Ritz, afirmó hoy un testigo ante la investigación judicial británica del caso.
Thierry Rocher, gerente la noche del suceso del parisino hotel en el que se hospedaban Diana y su novio, Dodi Al Fayed, destacó hoy el "estatus especial" del que disfrutaba Paul, jefe de seguridad de los Al Fayed y chófer coyuntural el día de la tragedia.
"Dado que era el responsable de la seguridad, él tenía una relación directa con la familia Al Fayed, por lo que no pude hacer comentarios" sobre el hecho de que estuviera bebiendo en horas de servicio, afirmó Rocher.
La princesa Diana, de 36 años, murió el 31 de agosto de 1997 junto a Dodi, de 42, y Henri Paul al colisionar el automóvil contra una columna de un túnel situado junto al puente parisino de Alma cuando era perseguido por varios "paparazzi".
Sendas investigaciones previas, una de la Policía francesa y otra de Scotland Yard, determinaron que el Mercedes en el que viajaba la pareja aquella noche, junto a Paul y al guardaespaldas Trevor Rees-Jones -el único que salvó la vida-, chocó contra el túnel porque el chófer había estado bebiendo y conducía a gran velocidad.
Sin embargo, "nadie podía beber alcohol en horas de servicio, pero Henri Paul tenía un estatus especial dentro de la organización del hotel... Henri se dirigía directamente al señor Klein (presidente del Ritz) y, en su ausencia, al señor Roulet", su asistente, señaló el gerente del hotel.
Sobre el plan orquestado por Dodi, que pretendía hacer salir a la pareja del lujoso hotel por una puerta trasera mientras dos coches intentaban distraer a la prensa por la principal, Rocher indicó que no pudo hacer ninguna objeción puesto que procedía del hijo del millonario Mohamed Al Fayed, dueño del Ritz parisino.
"Todo lo que provenía de la familia Al Fayed era una orden. Ya fuera del padre o del hijo, siempre era una orden", comentó el gerente del hotel, quien insistió en que era "difícil" decir "no" a Dodi.
El difunto heredero del imperio Al Fayed, en el que se incluyen los lujosos grandes almacenes londinenses Harrod's, estaba, según Rocher, "nervioso e irritado" la noche del 30 de agosto por la presencia de fotógrafos a la puerta del Ritz, e ideó tal plan.
Esa estrategia no consiguió distraer a los fotógrafos, pues un grupo de ellos descubrió la argucia y siguió al coche de Diana y Dodi después de que abandonaran el hotel la fatídica noche del 31 de agosto.
Mohamed Al Fayed mantiene que Diana y su hijo fueron asesinados por los servicios secretos británicos bajo órdenes del duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II y ex suegro de la princesa.
El millonario egipcio sostiene, además, que la princesa estaba embarazada de su hijo y la familia real británica no deseaba que diera a luz a un futuro rey que pudiera ser musulmán.
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