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La CIA contrató a Blackwater para asesinar a miembros de Al Qaeda

La compañía recibió millones de dólares para entrenamiento y armamento, pero el programa se canceló

EUROPA PRESS

La CIA contrató en 2004 a la compañía de seguridad privada Blackwater, conocida por sus abusos en Irak, en el marco del controvertido programa secreto de la agencia de inteligencia para asesinar a miembros de Al Qaeda, principalmente en el citado país y en Afganistán, según revelan el New York Times y el Washington Post.

El primero en sacar a la luz los hechos fue el diario neoyorquino, que, según sus fuentes consultadas —antiguos y actuales funcionarios gubernamentales—, afirma que en realidad la CIA no tenía un contrato formal con Blackwater sino que existían acuerdos individuales con altos cargos de la compañía, entre ellos su fundador Erik D. Prince, y que no está claro si se pensaba emplear a contratistas de la firma para realmente capturar o matar a miembros de Al Qaeda.

Sin embargo, según el Washington Post, que cita a 'dos ex agentes de inteligencia conocedores de los hechos', la compañía de Carolina del Norte recibió responsabilidad operativa para atacar a comandantes terroristas y recibió millones de dólares para entrenamiento y armamento, si bien el programa se canceló antes de que se realizara ninguna misión.

Según el diario, se concedió el contrato a Blackwater por su relación con la CIA y por su historial a la hora de llevar a cabo acciones secretas en el extranjero. La compañía se hizo tristemente famosa tras una serie de incidentes en Irak, entre ellos la muerte de 17 civiles en Bagdad a manos de agentes suyos después de que hubieran sido presuntamente atacados.

El programa secreto de la CIA para asesinar a miembros de Al Qaeda lo sacó a la luz el pasado mes de junio el director de la Agencia Central de Inteligencia, Leon Panetta, quien informó al Congreso de que él mismo se lanzó inicialmente en 2001 en el marco de los esfuerzos de la agencia por matar o capturar a altos dirigentes de Al Qaeda.

De acuerdo con los dos ex agentes consultados por el Post, los responsables de la CIA decidieron revivirlo en 2004 bajo un nombre diferente en código, utilizando a contratistas externos. 'La externalización daba a la agencia más protección en caso de que algo saliera mal', explica uno de ellos.

Según explican, inicialmente estaba pensado para Irak y Afganistán, pero luego los responsables pensaron en ampliarlo a otros países de la región. En total, según uno de ellos, el programa supuso un gasto en los ocho años que estuvo operativo de 20 millones de dólares. 'En realidad nunca hicimos nada', aclara uno de los ex agentes, por lo que 'nunca se convirtió en una acción encubierta', dijo.

El otro ex agente relata que básicamente los equipos realizaron misiones simuladas, a menudo de secuestros. Según él, entre los miembros de estos equipos había 'mucha frustración' por el hecho de que el programa no pasara nunca a una fase operativa.

La CIA no ha querido hacer comentarios sobre las revelaciones publicadas por los dos diarios. El comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes está investigando por qué no se informó hasta el pasado junio a los congresistas sobre este programa de la CIA.

Según antiguos y actuales responsables gubernamentales, el ex vicepresidente Dick Cheney dijo a los responsables de la agencia en 2002 que no tenían que informar al Congreso porque la CIA ya tenía autoridad legal para matar a miembros de Al Qaeda.

Sin embargo, recuerda el 'NYT', en 1976 el presidente, Gerald Ford, prohibió a la CIA que llevara a cabo asesinatos, medida ésta que la Administración Bush consideró no era aplicable para los miembros de Al Qaeda, a los que se equiparó con soldados enemigos de Estados Unidos.

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