Este artículo se publicó hace 16 años.
Cibeles y Neptuno empiezan a animarse en la segunda jornada de la Madrid Fashion Week
Diferentes personalidades y diferentes estilos pasaron hoy por las pasarelas Cibeles y Neptuno en una segunda jornada de la "Madrid Fashion Week" más animada.
Desde un contenido Francis Montesinos a los más atrevidos Daviddelfin y Ana Locking, pasando por un Jesús del Pozo que deja atrás sus referencias arquitectónicas, la elegancia de Miguel Palacio y Juanjo Oliva, la madurez de Mirian Ocariz o la maestría de Elio Berhanyer.
Con "Diastema" Daviddelfin hace una metáfora de la separación respecto a sus trabajos anteriores. En esta ruptura se produce una nueva imagen de mujer, más femenina. Aunque adornada con joyas, triunfa la ausencia de lo superfluo en las prendas, todo lo contrario que en el ambiente de las gradas con Almodovar, Rossy de Palma, Miguel Bosé, Bibiana Fernández o Alaska.
Delfín es consciente de que la puesta en escena de sus desfiles puede restar protagonismo a la colección pero "es algo que me sale y necesito correr ese riesgo. Estoy en contra de despojar a la moda de contenido", comentó a Efe. Hoy ha creado una atmósfera de fragilidad dramática con ayuda de rayos láser, entre los que desfilaban los modelos, de máscaras de oxigeno o de los tonos rosa que asemejan una falsa desnudez.
Pero lo importante es una colección muy trabajada en la que apuesta por los plisados, como algunos de sus pantalones cosidos por completo con ellos y presentes también en las prendas masculinas.
Alegre y sofisticada es la segunda colección en solitario de Ana Locking. Articulada en torno al corsé de los cincuenta, la diseñadora ha hecho propuestas en seda, con pequeñas inclusiones de lino y rafia.
Más tranquila al principio, las prendas se van sofisticando y el cenit se sitúa en las creadas a base de grandes volantes de rafia o las tipo medusa, con formas ondulantes conseguidas con ballenas, adornadas con swarovskis en una línea de mucha costura, y vuelve a serenarse con los vestidos de noche. Atrevidos vestidos de novia. El de novio lleva falda, prenda que reivindica en su colección masculina en la que acorta los pantalones unos treinta centímetros.
El color beige, que se va decantando como estrella de la próxima temporada, triunfa también en la colección de Miguel Palacio, en la que de nuevo los tejidos tienen un papel principal en prendas que marcan la silueta femenina, en ocasiones con corsés. Palacio ha utilizado desde el georgette de seda más vaporoso hasta el algodón grueso para dar formas a unas creaciones en las que se repiten los grandes motivos florales en el mismo tejido.
Originales los vestidos en los que parece se ha superpuesto otro. Largos muy largos, y los minis muy minis y el básico en la rodilla. Desde los grises humo hasta el rosa y el azul cielo, las propuestas de Miguel Palacio forman una vez más una exquisita y rica colección.
Juanjo Oliva propone una "no gama" de color en una colección en la que retoma la costura como base y concepto, eliminando lo superfluo. Con ello consigue que la vista se fije sólo en los complejos cortes y formas con las que se ha construido cada pieza.
Cosechando premios desde que en 1962 presentara su primera colección, poco hay que decir de Elio Berhanyer que hoy volvió a reivindicar la costura. El coctel y la noche tienen especial importancia en el armario de la mujer, en el que la seda de colores claros, principalmente blanco y beige con toques azules o lima, es también estrella. Lugar importante para los sombreros inspirados en los años 60.
Pasamanerías, cordones de raso, galones, y elementos con reminiscencias goyescas dotan de personalidad unas piezas clásicas, ya que como el diseñador reconoce "no soy un innovador".
Francis Montesinos presentó "Urania", llena de luces celestes en blancos, grises y azules. En una de sus colecciones más discretas en cuanto color y diseño, el valenciano mostró su maestría en el punto y apostó por una mujer contenida que puede vestir de Montesinos durante todo el día.
La mujer de Jesús del Pozo tiene aires de los años 20, pero más descocados. Claves son la fluidez de sus tejidos y la revisión que hace de los flecos, con los que casi confecciona piezas por completo; las transparencias y, como punto diferencial, el estudio que hace de las espaldas desnudas.
Mirian Ocariz volvió a hacer del estampado el hilo conductor de su colección,. En tonos rosas y amarillos, lo masculiniza al acompañarlo de prendas sastre de Príncipe de Gales. Destacó el juego de mangas de sus vestidos muy cortos y adornados con lazos.
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