Este artículo se publicó hace 15 años.
La ciclotimia que no sabe gestionar Unicaja
El equipo de Aíto García Reneses ha perdido la seña de identidad de otros años
"Con lo que tenemos, hay que hacer lo máximo", asegura Aíto García Reneses. Su mensaje resuena a frustración desde el pasado domingo. El mismo día en que Unicaja volvió a dejarse llevar por un pasotismo que cercena su marca en la ACB. Ese que le ha atrincherado en puestos de descenso y que ya empieza a digerir una temporada sin Copa del Rey (para evitarlo, los malagueños necesitarían al menos nueve victorias en los próximos 12 encuentros). "Eso (el torneo copero) me preocupa menos ahora. Con un 0-5, nuestra realidad es ya bastante alarmante", espeta Francisco Molina, presidente del club.
El último mensaje, la derrota ante el Cajasol, hace aún más difícil entender la ciclotimia de Unicaja. Un equipo capaz de perder ante los dos presupuestos más bajos de la ACB (Fuenlabrada y Manresa) y sonrojar a Olympiakos, cuyo cinco inicial ronda los 15 millones de euros anuales. ¿Pero cómo se explica esa dualidad tan extrema? Aíto lo explicita en falta de actitud. "No estamos listos ni somos capaces de mantener la concentración". Para Berni Rodríguez, todo es una cuestión de matices. "Cuando sumemos", asegura el capitán, "todas esas pequeñas cosas que ahora no hacemos bien, la tendencia variará". Sin embargo, más allá de la intensidad del compromiso en cada partido, la ciclotimia de Unicaja está marcada por una reconversión en la que el cambio de actores ha reducido la propuesta del conjunto y las verdaderas intenciones. ¿No deben ser estas las máximas?. Si es así, ¿cómo se explica la marcha de NDong al Barcelona?. Y, en especial, ¿cómo se llena el vacío emocional de Cabezas?.
La reducción de presupuesto, que llena de respuestas todos los interrogantes, ha construido una plantilla que mezcla la promesa de futuro con una clara falta de dirección solidaria. Porque Omar Cook y Pooh Jeter se sienten más tiradores que directores, ese tipo de bases, como Cabezas, que saben maximizar cada movimiento de sus compañeros. Sus perfiles condicionan en exceso la circulación de un perímetro en el que su cinco (Archibald) busca el guiño constante con el triple. Si en el pasado el atasco en el exterior se solucionaba con un pick and roll entre Cabezas y NDong o los aclarados a Haislip, actualmente el recurso se reduce a los uno contra uno de Printezis o al sacrificio bajo el aro de Guillem Rubio. Soluciones con tan poco recorrido como el compromiso con la defensa, una seña de identidad que ha perdido este Unicaja ciclotímico.
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