Este artículo se publicó hace 15 años.
"La ciencia no aguantará la austeridad más allá de 2010"
Entrevista. Carlos Martínez, secretario de Estado de Investigación. Defiende que los fondos para I+D+i lograrán mantener la pujanza científica de España
Cerca de 500 estudios publicados en revistas especializadas "no llevo la cuenta", confiesa, pero su lista incluye cimas de la ciencia como Nature. Premios como el DuPont o el Rey Jaime I.
Cargos desempeñados como la vicepresidencia del Consejo Científico del prestigioso Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL). Con estas credenciales, Carlos Martínez Alonso (Villasimpliz, León, 1950) es el científico español más reconocido que ha ejercido un alto cargo político.
Su trayectoria no se ha encauzado por vías políticas o empresariales, sino que el prestigio de Martínez se ha labrado exclusivamente en la arena del laboratorio.
Pero no es un neófito en la alta gestión: en los años 90 consiguió, para su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC y Universidad Autónoma de Madrid), un contrato millonario con la entonces multinacional farmacéutica Pharmacia hoy integrada en Pfizer.
Este ejemplo pionero de colaboración público-privada alumbró el Departamento de Inmunología y Oncología, donde Martínez dirigió a un equipo de casi 100 investigadores por el que desfilaron nombres hoy tan reputados como María Blasco o Manuel Serrano.
Tras su paso por la presidencia del CSIC, Martínez fue reclutado, en marzo de 2008, por la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, para la secretaría de Estado de Investigación.
¿Merece la pena abandonar el laboratorio por la política?
Mi paso por la política es una parte de la responsabilidad social. No hice la mili, estudié con becas, me he beneficiado del sistema y, como ciudadano, tenía la responsabilidad de contribuir con mi conocimiento a mejorar la gestión de la ciencia en el ámbito político.
¿Su paso por la política tiene fecha de caducidad?
Sí. Yo no estoy aquí para hacer carrera política. Soy un apasionado de la ciencia.
En España hay tendencia a la descentralización, pero hay quien sostiene que para ser competitivos en ciencia hace falta una masa crítica concentrada en un lugar.
Yo creo en la distribución del Estado en comunidades, pero debería haber una focalización de los recursos. Lo que no tiene sentido es duplicarlos. Deberíamos evitar también la fragmentación, que impide abordar programas muy competitivos, pero eso no debe estar reñido con la descentralización. Nuestras universidades tienen un camino que recorrer con la creación de campos de excelencia internacional, que piden que las universidades no intenten ser excelentes en todas las áreas del conocimiento y se centren en un campo en el que puedan hacerlo muy bien. Y lo mismo sucede con las comunidades.
¿Cómo se puede explicar el recorte que ha sufrido el Ministerio en los Presupuestos de 2010?
Los planes aprobados implican un 0,2% de incremento en los presupuestos totales del Ministerio, y un descenso del 14% en el capítulo 7. El 4 y el 7 son los capítulos más importantes para la investigación, porque son subvenciones, pero esa deficiencia se ha mejorado aumentando los préstamos para la iniciativa privada. En financiación pública de la investigación, estamos en la media de los 15 de la UE. El gran déficit llega de la parte de la iniciativa privada. Este Ministerio se esfuerza para que la iniciativa privada también participe en la financiación de esa investigación y por eso hemos aumentado los préstamos a esas empresas, para evitar que debido al déficit crediticio pierdan competitividad y no puedan invertir en investigación.
Entonces, ese aparente desequilibrio entre subvenciones y créditos, ¿es voluntario, para fomentar la innovación?
Digamos que las dos partes deben equilibrarse. Además, hace falta una tercera pata, la implicación de la sociedad civil, el mecenazgo. Estados Unidos o Reino Unido no tendrían la fuerza que tienen si no existieran instituciones como Howard Hughes [HHMI] o Wellcome Trust. Hay que promover beneficios fiscales, como en EEUU, para aquellas fortunas que quieran dedicar sus beneficios a financiar investigación e innovación.
EEUU o Alemania cuentan con fuentes de financiación como las que comenta, y no han reducido sus subvenciones a la ciencia.
La posición de España en el ámbito del apoyo a la ciencia es muy distinto a estos países. Nosotros hemos tenido que hacer todo el recorrido científico en 30 años, y Alemania o EEUU llevan más de 100. Hemos hecho un esfuerzo en financiación de la ciencia que no ha realizado ninguno de esos países. Hemos multiplicado por tres los presupuestos públicos en los últimos años y eso nos pone en una situación muy distinta de la alemana. Allí, el Instituto Max Planck ha crecido a un 3% anual. El CSIC ha crecido entre el 15% y el 20% anual. Eso nos ha permitido ser más competitivos, atraer más fondos europeos y aprovisionarnos para el futuro. Hemos aprendido a gestionar más eficazmente nuestros recursos para hacer frente a la austeridad de estos presupuestos, aunque seguramente no lo podríamos hacer si esta restricción se extiende más allá de 2010. Todo esto lo digo para explicar que los presupuestos de este año buscan de forma prioritaria dar respuesta al gasto social. Tenemos cuatro millones de parados, mucho déficit y tenemos que responder. Además, nosotros tenemos otras dos fuentes que pueden paliar las restricciones. Uno es el fondo de administración local, y el otro es el fondo de la nueva Ley de Economía Sostenible; 5.000 millones el uno y 20.000 el otro que, como sucedió con el Plan E, pueden servir para trasladarlos a nuestros investigadores y mejorar la situación presupuestaria actual.
¿Qué pasaría si la situación no mejora el año que viene? ¿La ciencia empezaría a sufrir?
Ahora nuestra actuación preferencial está dirigida a mejorar nuestro presupuesto durante la tramitación parlamentaria. Ese es el objetivo.
Desde el Gobierno se habló de incentivar la I+D+i para luchar contra la crisis. ¿Qué ha cambiado para que ahora haya restricciones?
Insisto en que son unos presupuestos dirigidos a dar respuesta a la crisis social que vivimos. Y desde el Ministerio seguimos incentivando la I+D+i como vía de salir de la crisis. Estamos garantizando la investigación competitiva, que va a incrementar sus recursos un 10%, y hemos garantizado que no disminuyen las becas y los contratos. Se garantizan los presupuestos y los puestos de trabajo de 2009, por ejemplo, de tres instrumentos que emplean a más de 8.000 investigadores, los CIBER, las RETICS y los CAIBER. Esto es una respuesta contra la crisis desde el Ministerio.
¿Cómo observan estos recortes los investigadores que han venido del extranjero?
Los científicos somos insaciables, todos los recursos que consigamos nos parecerán pocos y, como científico, comparto esa visión. Pero también es verdad que la comunidad es realista. Yo no percibo intranquilidad, sobre todo desde que se les ha transmitido que los presupuestos para financiación de la investigación y los recursos están garantizados. Esta mañana [por ayer] he tenido dos reuniones con representantes de los CIBER y los RETICS y me han transmitido una satisfacción extraordinaria al oír la garantía de los presupuestos. Puede haber una intranquilidad entre los investigadores, pero está presente en todo el mundo y es fruto de la crisis, no de los presupuestos.
Hay miembros de la oposición que piden la desaparición del ministerio.
Seguramente eso es un recuerdo de la mala experiencia que tuvieron con su Ministerio de Ciencia y Tecnología. Este ministerio ha sido capaz de poner en marcha y gestionar recursos que el creado por el PP no pudo. A la oposición le pido que evalúe las acciones de este ministerio y olviden la incapacidad del de Ciencia y Tecnología.
¿Envidia el regreso de Barbacid a la ciencia?
Sí. Es un punto importante porque aquí se han mezclado cosas, se ha tergiversado y se ha publicado mala información. Mariano Barbacid ha dejado su cargo de director del CNIO cuando ha querido, faltaría más. Un investigador como él, que ha puesto en marcha un centro de cáncer puntero [uno de los cinco mejores del mundo], lo que quiere es dedicarse a la investigación, la actividad que más placeres genera. Y yo no dudo de que algún día haré exactamente lo mismo. No tiene nada que ver con los recursos, porque el CNIO los tiene garantizados.
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