Este artículo se publicó hace 15 años.
Un científico italiano reproduce la Sábana Santa de Turín
Por Philip Pullella
Un científico italiano dice que ha reproducido la Sábana Santa de Turín, una hazaña que demostraría definitivamente que el lino que algunos cristianos veneran cono la ropa mortuoria de Jesucristo es una falsificación medieval.
El sudario, que mide 4,4 por 1,2 metros, contiene la imagen, misteriosamente revertida como un negativo fotográfico, de un hombre crucificado que algunos creyentes identifican como Cristo.
"Hemos demostrado que es posible reproducir algo que tiene las mismas características que el sudario", dijo el lunes Luigi Garlaschelli, que debe presentar los resultados en una conferencia sobre lo paranormal este fin de semana en el norte de Italia.
Profesor de química orgánica en la Universidad de Pavia, Garlaschelli facilitó a Reuters el estudio que difundirá y las fotografías comparativas que lo acompañan.
La Sábana Santa de Turín muestra de frente y espalda a un hombre con barba y pelo largo, con los brazos cruzados sobre el pecho, mientras que toda la tela parece marcada por manchas de sangre de las heridas en las muñecas, pies y costado.
Las pruebas del carbono catorce en laboratorios de Oxford, Zúrich y Tucson, EEUU, en 1988 causaron conmoción al datarla entre 1260 y 1390. Los escépticos dijeron que era un engaño, posiblemente para atraer el rentable negocio del peregrinaje en el medievo.
Pero los científicos hasta el momento no han sido capaces de explicar por qué la imagen aparece invertida en la tela.
Garlaschelli reprodujo el sudario a tamaño natural usando materiales y técnicas disponibles en la Edad Media.
Situó una sábana de lino sobre un voluntario y luego lo cubrió con un pigmento que tenía restos de ácido. Para la cara se utilizó una máscara.
PIGMENTOS, MANCHAS DE SANGRE Y QUEMADURAS
El pigmento fue envejecido artificialmente calentando la tela en un horno y lavándolo, un proceso que lo eliminó de la superficie pero dejó una imagen poco definida similar a la del sudario. Se cree que el pigmento en la Sábana Santa original se evaporó naturalmente a lo largo de los siglos.
Después añadió las manchas de sangre, agujeros con fuego, decoloración por agua y quemaduras para lograr el efecto final.
La Iglesia Católica no afirma que la Sábana Santa sea auténtica o que sea un asunto de fe, pero dice que debería ser un poderoso recordatorio de la pasión de Cristo.
Una de las reliquias más controvertidas de la Cristiandad, está guardada bajo llave en la catedral de Turín, Italia, y es exhibida en raras ocasiones. La última ve que pudo ser visitada fue en 2000 y está prevista una nueva muestra el próximo año.
Garlaschelli prevé que rechacen sus hallazgos.
"Si no quieren creer en la datación con carbono catorce realizada por algunos de los mejores laboratorios del mundo seguramente no me creerán", dijo.
La precisión de las pruebas de 1988 fue cuestionada por algunos creyentes radicales que alegaron que las restauraciones en siglos pasados habían contaminado los resultados.
La historia del sudario es larga y controvertida.
Tras aparecer en Oriente Próximo y Francia, fue trasladada por la antigua familia real italiana, los Saboya, a su localidad, Turín, en 1578. En 1983 el ex rey Umberto II se la entregó al fallecido papa Juan Pablo II.
La Sábana Santa estuvo a punto de ser destruida en 1997 cuando un fuego arrasó la capilla Guardini de la catedral de Turín donde está guardada. La tela se salvó por un bombero que arriesgó su vida.
El estudio de Garlaschelli fue financiada por una asociación italiana de ateos y agnósticos, pero dice que esto no tiene consecuencias en el resultado.
"El dinero no huele", dijo. "Esto se ha hecho científicamente. Si la Iglesia quiere financiarme en el futuro, aquí estoy".
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