Este artículo se publicó hace 16 años.
Cientos de miles de personas toman las calles de España para festejar la victoria
Las plazas y principales calles de las ciudades españolas se abarrotaron de cientos de miles de personas para celebrar, enfundadas en la bandera rojigualda, el triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa'08.
En algunas ciudades, la afición pudo disfrutar del encuentro España-Alemania en las pantallas gigantes instaladas en las plazas céntricas y, a su conclusión, permaneció en las calles para festejar la victoria española.
En Madrid, alrededor de 65.000 personas, según datos de la policía municipal, atestaron la céntrica Plaza de Colón y sus alrededores para presenciar desde las pantallas gigantes instaladas en el lugar el triunfo de la selección española en Viena.
A la conclusión del partido hubo una explosión de júbilo y, a partir de ese momento, el Paseo de la Castellana, cortado al tráfico rodado, fue invadido por los aficionados, algunos de ellos con intención de bañarse en la cercana fuente de La Cibeles.
Pero el monumento, tradicional lugar de celebraciones de los seguidores del Real Madrid, estaba vallado y rodeado de policías, que lo impidieron.
Las Ramblas de Barcelona y su fuente de Canaletas, puntos habituales de concentración de los aficionados azulgrana, se llenaron de banderas españolas para celebrar la victoria del equipo de Luis Aragonés.
Nada más terminar el encuentro, miles de personas se desplazaron hasta el centro de la ciudad coreando "¡España, España!" y saltando de alegría.
Por toda la ciudad se oyeron petardos para celebrar el gol de Torres, a la vez que muchos barceloneses salieron al balcón para gritar el tanto.
En Andalucía, las pantallas gigantes instaladas en lugares públicos de varias ciudades, además de bares y peñas, fueron importantes puntos de concentración de los aficionados, que durante el partido dejaron desiertas las calles y que fueron saliendo poco a poco a celebrar la victoria agitando enseñas nacionales y haciendo sonar las bocinas de sus coches.
En la Comunidad Valenciana miles de aficionados se echaron a las calles para festejar el triunfo español con un constante sonar de los claxon de los vehículos y de tracas para expresar su euforia.
Como suele suceder cuando el Valencia CF logra un título, el punto de reunión para festejar el éxito fue la plaza del Ayuntamiento, donde conforme pasaban los minutos se fueron sumando a la fiesta una multitud de seguidores vestidos con camisetas rojas de la selección y con banderas de España.
Cánticos como "Yo soy español", "Campeones, campeones", "Illa, illa, illa... Villa maravilla" fueron los que más sonaron en la céntrica plaza de la capital sólo interrumpidos por los petardos, cuyas explosiones eran jaleadas por los presentes, entre los que se veían pancartas que rezaban: "Gracias Dios por ser español" o "España, campeona".
Por su parte, los alemanes que se encuentran de vacaciones o residen en Palma de Mallorca cambiaron la alegría por silencio, suspiros y lágrimas de rabia solapadas por el eco de la victoria española que se celebraba por todo lo alto a pocos metros de ellos.
Apostados en sus locales delante de los televisores y con sus indispensables cervezas en la mano, germanos resistieron todo el partido a pesar de que a medida que avanzaban los minutos la fiesta se iba tornando en un funeral.
En toda Castilla y León hubo posibilidad de ver el partido al aire libre, con la posterior fiesta cuando el árbitro italiano Roberto Rosetti pitó el final del encuentro.
Así, la Plaza de Zorrilla fue el centro neurálgico de la alegría en Valladolid. Provistos de banderas y camisetas de la selección española, muchos vallisoletanos se dejaron llevar por la alegría y dejaron sonar también el claxon de sus coches o motocicletas hasta el punto de atascar buena parte del Paseo de Zorrilla.
En Palencia se habilitó una pantalla gigante en la Plaza de Toros; el Ayuntamiento de Ávila instaló otra en la Cubierta Multiusos y algunos pueblos de la provincia también disfrutaron en la calle de la posibilidad de ver el partido.
En Burgos hubo hasta tres pantallas gigantes, también en Segovia, León o Ponferrada, y en Salamanca, el marco elegido para ver el partido al aire libre fue su emblemática Plaza Mayor.
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