Este artículo se publicó hace 15 años.
Cientos de personas tratan de sacar su dinero de Stanford
Por Jason Szep y Frank Jack Daniel
Cientos de personas se apresuraron el miércoles a retirar su dinero de los bancos en Antigua y Venezuela vinculados al multimillonario texano Allen Stanford, al tiempo que el impacto de los cargos presentadas contra él en Estados Unidos se sentía en todo el mundo.
Aún se desconoce el paradero de Stanford, de 58 años, un día después de que la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC en sus siglas en inglés) le acusara junto con dos altos directivos de cometer un fraude de 8.000 millones de dólares (unos 6.300 millones de euros).
La SEC dijo no conocer el paredero del millonario.
En Miami, la división local de la cadena NBC anunció que las oficinas de Stanford Group en esa ciudad habían sido registradas por agentes federales, tal y como ocurrió el martes en la oficina principal del grupo en Houston.
El canal de televisión ABC News, citando a autoridades federales, afirmó que la Oficina Federal de Investigaciones ha estado investigando la posible implicación de Stanford con el lavado de dinero proveniente del Cartel del Golfo, uno de los más poderosos del narcotráfico mexicano.
Citando a funcionarios a los que no identificó, ABC dijo que las autoridades mexicanas habían detenido uno de los aviones privados de Stanford como parte de la investigación iniciada el año pasado.
Estas fuentes explicaron que unos cheques encontrados dentro del avión estarían conectados con el Cartel del Golfo, al que se considera el más violento de los carteles del narcotráfico mexicano, señaló ABC.
La cadena citó a autoridades diciendo que Stanford podría enfrentarse a cargos por lavado de dinero y soborno de funcionarios extranjeros.
La acusación contra Stanford iniciada el martes por la SEC podría haber complicado la investigación federal relacionada con el narcotráfico, añadieron.
LOS INVERSORES ACUDEN A LOS BANCOS
Desde la pequeña isla caribeña de Antigua, un punto clave en el imperio de Stanford, hasta las naciones andinas de Venezuela, Colombia y Ecuador, los inversores y depositantes han acudido a los bancos y empresas relacionadas para tratar de sacar su dinero o informarse sobre el destino de sus ahorros.
Tras la conmoción generada por la supuesta estafa piramidal de 50.000 millones de dólares de la que se acusa al inversor de Wall Street Bernard Madoff, los reguladores han intentado calmar los temores del público ante otro escándalo financiero justo cuando el mundo entra en recesión.
Cuando se le preguntó si habría más casos de la misma escala y dimensión, el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo a los periodistas: "Es difícil de decir. Me gustaría pensar que esos van a ser los más grandes".
En Antigua y Barbuda, donde Stanford es el mayor empleador, el primer ministro, Baldwin Spencer, dijo que los cargos presentados por la SEC podrían tener consecuencias "catastróficas", pero le pidió al público que no entre en pánico.
En la capital antiguana, St. John, y en la venezolana, Caracas, cientos de personas coparon las oficinas y bancos ligados a Stanford.
"Escuché lo que estaba pasando y viene directo para acá. Hemos tenido dinero aquí dos años y quiero que me lo devuelvan", afirmó en Caracas Josefina Moreno, que dijo tener unos 10.000 dólares invertidos entre ella y su hijo.
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