Este artículo se publicó hace 13 años.
Cinco razones para no inyectar más dinero público
Los expertos y los bancos aportan sus razones en contra de dar de nuevo ayudas al sector financiero
1. Más déficit
Nuevos recortes y recesión
En un momento en que la zona del euro está bajo amenaza de volver a caer en la recesión, dedicar nuevas ayudas públicas a la banca generaría miles de millones nuevos de déficit, lo que incitaría a los estados a realizar nuevos recortes y ahondaría en la paralización del PIB. Pero, sobre todo, el uso del dinero público en rescates reduciría las posibilidades de inversión de las administraciones públicas y ahogaría definitivamente su escasa capacidad de maniobra para generar empleo, aseguran en un gran banco español.
2. Reestructuración
Se dificultan las fusiones
Entregar más dinero público a las entidades con problemas provoca que estas no se esfuercen en superar sus deficiencias. Si se les obligara a fusionarse y a reestructurarse, afirma una fuente bancaria, se conseguiría que en el sector financiero hubiera entidades mucho más fuertes, sanas y viables. Con tanto paternalismo, derivado del convencimiento de que el sistema financiero puede arrastrar consigo a toda la economía, se provoca que sigan en pie muchas entidades que están prácticamente quebradas y que impiden que sigan adelante incluso las que están bien porque les hacen competencia desleal.
3. Sin distinción
Se castiga a los buenos
Cuando en los últimos días se ha hablado de recapitalización bancaria (por ejemplo, en la conversación entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, o en el plan de José Manuel Durão Barroso) se referían a recapitalizaciones masivas, lo que en España se califica de manguerazo. Rescates de prácticamente todas las entidades grandes de la Unión Europea, sin distinguir las buenas de las malas. La argumentación es que el problema de la zona del euro afecta a todas prácticamente por igual, por mucho que unas tengan deuda griega y otras no. Al final, recuerdan desde otro gran banco español, hacer eso es algo parecido a meter en la UVI a todas las entidades, tanto las que tienen una gripe como las que tienen un colapso múltiple de sus órganos vitales. Las cinco entidades financieras consultadas por este diario coinciden en que hacer una recapitalización pública de esa forma es especialmente beneficioso para los bancos franceses y alemanes, que son los que ahora tienen más problemas y que de esta forma eclipsarían sus verdaderos problemas porque se estaría tratando a todos por igual.
4. Exigencias
Ajustes de país intervenido
Pero lo más problemático de una recapitalización pública es que si se hace con dinero de cada país obliga a emitir más deuda y eso en el caso de países como España sería muy perjudicial porque ahora tiene dificultades para emitir y lo hace muy caro, y si se hace con fondos europeos sería todavía peor porque Alemania y Francia, que son los que los dirigen, impondrían a España nuevas exigencias, y ahora serían de país intervenido, es decir, despidos de funcionarios, recortes de salarios , disminución de las pensiones o nuevos impuestos, como han hecho en Grecia o Portugal. Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada, asegura que las ayudas del fondo de rescate europeo sólo deberían aceptarse si se detallan muy bien las condiciones "y no son gravosas", como parece en este momento a juzgar por las declaraciones de Merkel y Sarkozy. "España no está tan al precipicio. Sólo lo estará si no se resuelve el problema griego", asevera.
5. Emisiones públicas
Riesgo de que nadie las quiera
La intención de las autoridades europeas de inyectar fondos públicos a las entidades o simplemente de exigirles más capital por el riesgo que ahora se supone que existe en la deuda pública ha conseguido enfadar a todo aquel que tiene algo que ver con el sector financiero. Ángel Ron, presidente de Banco Popular, fue el primer banquero en España en levantar la voz. "La recapitalización de los bancos europeos para cubrir las pérdidas potenciales en sus carteras de deuda pública me parece el más absoluto de los contrasentidos", dijo, y explicó que, "si a las entidades se les obliga a hacer provisiones (aumentar su capital) para cubrir una cartera que supuestamente está libre de riesgo, ¿quién va a tomar deuda pública en el futuro?". Para Ron, la solución no es recapitalizar a la banca sino garantizar que esas carteras de deuda que tienen en su poder (y que los gobiernos les han animado a comprar en los dos últimos años) estén libres de riesgo. Y eso sólo se consigue solucionando el problema griego y avanzando en la verdadera creación de Europa, aseguró, en un discurso muy similar al que al día siguiente mantuvo el consejero delegado de Banesto, José García Cantera. En ello coinciden también en todas las entidades consultadas por este diario, así como los expertos. José Carlos Díez asegura que obligar a contabilizar la deuda española (se habla hasta de aplicarle una quita del 20%) como activo de riesgo es tanto como exigir a las entidades que hagan provisiones para cubrir un posible incidente nuclear entre Estados Unidos e Irán. Y añade que abriendo este foco de incertidumbre lo que se hace es "estigmatizar la deuda pública y complicar las finanzas de los tesoros". Santiago Carbó es de la misma idea y recuerda que "España no ha generado este problema". "No veo en absoluto lo de hacer una quita a la deuda española e italiana", dice, y añade: "No se dan las condiciones para que eso ocurra".
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