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El clasismo de la Guardia Civil: vivir en un hogar digno depende del rango

Existen diferencias demoledoras entre el número y el estado de las viviendas que el cuerpo facilita a los agentes rasos en comparación con las de oficiales y altos mandos, como muestran estadísticas oficiales a las que ha tenido acceso 'Público'.

Gotera en un pabellón de la Guardia Civil en Cádiz.

La Guardia Civil facilita a sus miembros el uso de viviendas de forma gratuita. Se trata de una ayuda tradicional en el cuerpo que busca facilitar a sus miembros el desempeño de las especiales condiciones del servicio, como la competencia de la seguridad en zonas rurales, los constantes cambios de destino, así como el hecho de pertenecer al cuerpo policial peor pagado del Estado. No obstante y al contrario de lo que podría parecer, la gestión de los pabellones de la Guardia Civil, como los denomina la institución, no se rige bajo un fin social. Al contrario: el uso de las 33.809 viviendas del cuerpo y cómo se reparten entre sus 76.806 miembros denota un marcado clasismo heredado de la dictadura. 

Según los datos de la Guardia Civil, el 45% de las casas para guardias rasos y cabos están en mal o muy mal estado

Solo un 43% de los 64.262 cabos y guardias civiles rasos tiene acceso a un pabellón y, de ellos, el 76% vive en uno deteriorado (en "estado regular", según la nomenclatura oficial), o directamente "malo". De hecho, la Guardia Civil reconoce que 1.689 de los 26.089 pabellones de la escala básica, un 6%, son "inhabitables" mientras que en el resto de escalas apenas supera el 2%. Todos estos datos han sido facilitados por la Dirección General del cuerpo ante una pregunta parlamentaria de Juan Antonio Delgado, guardia civil en excedencia y diputado de Unidos Podemos.

Mientras el 57% de la escala básica debe buscarse casa por su cuenta, los generales tienen más de las que pueden usar

Contrastando los datos de los alojamientos para guardias y cabos con el resto de escalas, el clasismo en la gestión de los recursos se hace patente. Hasta un 65% de los miembros la escala de capitán a alférez tiene un alojamiento disponible (un 22% más), un 61% para los suboficiales... y un 112% en el caso de los generales. En la cúpula sobran los pabellones: según los datos de la Guardia Civil, tienen 37 viviendas reservadas en una escala que solo consta de 33 efectivos. Aunque esto no tiene por qué significar que estén vacíos, ya que mientras la mayoría de los miembros de la escala básica (el 57%) debe buscarse alojamiento por su cuenta, el Instituto Armado dedica alojamientos de alto rango a otros menesteres, como ofrecérselos a altos cargos de la administración como el director de la DGT

En el estado de conservación de los pabellones estriba otra de las diferencias fundamentales entre alojamientos para guardias y alojamientos para altos mandos. Solo un 55% de los que pueden utilizar los miembros de la escala básica están en un estado "bueno". En la de suboficiales, son un 63%. En la de capitán a alférez, el porcentaje sube hasta el 70% y así, a medida que se escala en la pirámide crece el derecho a tener una vivienda digna: en la escala de coronel a comandante los pabellones en buen estado son el 75%, hasta llegar a lo más alto, los generales, que están 34 puntos por encima de los guardias rasos con su 89%.

Todos los generales disponen de una casa oficial en buen estado. Solo un cuarto de los guardias rasos disfrutan de ello

Casualmente, los 33 pabellones en buen estado destinados a la cúpula del cuerpo coinciden con el número de oficiales generales. Todos ellos están ocupados, por lo que el generalato es la única escala que puede presumir de alcanzar el 100% de miembros a los que se ha asignado un pabellón digno. Le sigue, casi 55 puntos por detrás, la escala de capitán a alférez, que tiene una cifra similar a la de coronel a comandante (42%). Por detrás quedan los suboficiales (39%) y en último lugar, la tropa, donde solo un 24% puede presumir de vivir en un pabellón de la guardia civil en buen estado. 

Asignados por rango, no por necesidades

Todos los datos citados han sido extraídos de la respuesta del Gobierno a Delgado, con información suministrada por la propia Guardia Civil. El documento, al que ha tenido acceso este medio, consta de 1.137 páginas que desglosan el estado de cada pabellón oficial del cuerpo en cada localidad del Estado y la escala a la que está asignado [descargable y anexo al fin del texto]. De ellas se extrae algo que muchos agentes sospechaban pero de lo que no había información pública más allá de artículos de prensa: la austeridad impuesta al cuerpo, con agentes mal pagados y medios obsoletos repartidos sin paridad, solo la sufren los de abajo.

La Guardia Civil prioriza la concesión de pabellones a generales, aunque no tengan cargas familiares, por encima de agentes con menores a su cargo

"El pabellón no cumple una función de apoyo a los guardias civiles, sino que se asigna por galones, por clasismo, por lo que se viene haciendo toda la vida", afirma Delgado, guardia civil en excedencia. "Se prima un general aunque esté soltero o no tenga cargas familiares (que, por edad, es lo que suele ocurrir cuando uno llega a general) por encima de las necesidades de un agente que pueda tener dos hijos pequeños y que, por razones obvias, cuenta con menos recursos económicos ya que por rango cobra menos", revela el diputado de Unidos Podemos.

"Con esta gestión, al final la función que cumple el pabellón es beneficiar al que más tiene, al que mejor vive, al que más cobra, e incluso al que menos se la juega, desde el punto de vista del agente que trabaja a pie de calle", denuncia Delgado, que hace mención a las noticias que han revelado que el Ministerio del Interior ha llegado a pagar hasta la limpieza de los pabellones de los generales (500.000 euros al año) mientras el resto de agentes la pagaban de su bolsillo; idéntica situación a la que se da cuando se desea rehabilitarlo, ya que la Guardia Civil los reforma por defecto cuando un alto mando se traslada a él. ¿Adivinan qué ocurre cuando un guardia raso cambia de destino?

Dos balcones de una casa cuartel de la Guardia Civil en El Escorial (Madrid), derrumbados.

Dos balcones de una casa cuartel de la Guardia Civil en El Escorial (Madrid), derrumbados.

Evitar la transparencia, método 2.0: la avalancha

Las 1.137 páginas aportadas por la Dirección General a Delgado están lejos de suponer un alarde de transparencia, a pesar de constituir una de las respuestas parlamentarias más extensas de las que se tiene constancia. La razón es sencilla: el Gobierno ha tratado de dificultar el análisis de la información proporcionando una interminable tabla de pabellones en PDF, un formato que no permite la interacción con el documento, sin sumarios y sin datos totales, con los que sin duda contaba.

El Gobierno ha ofrecido los datos en un formato que dificulta su análisis, sin sumarios y evitando responder preguntas clave

Suministrar una cantidad ingente de información en un formato que no permite su interpretación es una vía para cumplir con su obligación de responder la pregunta oficial del diputado sin favorecer la transparencia de los datos. También es una vía para ocultar algunos de ellos: "No porque me hayan respondido con 1.137 páginas me han dado mucha información, es una estrategia que vengo observando en algunas respuestas de la Dirección General de la Guardia Civil para no dar la información que no quiere. No han incluido el año de construcción de los pabellones como había pedido, ni la lista de los que han sido reformados con más de 50.000 euros y la escala a la que pertenecen", explica el diputado. 

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