Este artículo se publicó hace 15 años.
Los combates entre el Ejército y los talibanes causan un éxodo masivo en Pakistán
Los conflictos abiertos entre el Ejército y la insurgencia talibán y otros grupos extremistas en varias áreas del noroeste de Pakistán han causado un éxodo masivo de 450.000 ciudadanos a zonas más seguras del país.
"Se trata de una situación muy seria. Creemos que en las próximas semanas el número de desplazados se situará en torno a los 600.000, porque hay mucha gente en movimiento", expuso en una entrevista con EFE la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Pakistán, Ariane Rummery.
La mayoría de los desplazados -en torno al 94 por ciento- proceden de las áreas tribales fronterizas con Afganistán de Bajaur y Mohmand, así como del norteño valle de Swat, zonas en las que las fuerzas de seguridad paquistaníes están combatiendo a los integristas con mayor intensidad.
El Gobierno, encabezado por el Partido Popular (PPP) y formado tras las elecciones de febrero de 2008, había negociado en sus primeros compases con los talibanes e incluso llegó a firmar algunos acuerdos de paz, pero éstos pronto se frustraron, a raíz de lo cual se ordenó al Ejército lanzar varias operaciones.
"En agosto partió una ola de gente de Bajaur; en diciembre desde Mohmand y ahora está habiendo un gran repunte en Swat", explicó Rummery, quien agregó que las inundaciones de verano en la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP) también dejaron sin casa a muchas personas.
La portavoz relató que las condiciones de la gente que permanece en las zonas de conflicto son "muy adversas", ya que se enfrentan a toques de queda, existen dificultades para transportar alimentos y otros bienes y se está registrando una gran subida de la inflación.
"Hemos empezado esta semana a transportar mantas, alimentos y otros productos a Swat, aunque allí no tenemos personal. La situación es delicada, pero vamos a seguir intentándolo", subrayó.
Los que optan por abandonar sus hogares encuentran refugio principalmente en distritos más seguros de la conflictiva NWFP.
En esta provincia, el ACNUR ha habilitado ya 12 campos como el de Jalozai, que hasta 2008 estuvo habitado por refugiados afganos y ahora alberga, en el esqueleto de lo que fue, a 21.000 desplazados paquistaníes y registra la llegada diaria de cerca de medio millar de personas.
"Tan sólo un 20 por ciento de los desplazados vive en campos. La mayoría recurre a redes familiares o alquila viviendas. No sabemos cuánto tiempo estarán, pero hay que darles más ayuda porque sus recursos están al límite. La comunidad humanitaria sabe que no se trata de ayuda a corto plazo", abundó Rummery.
La portavoz detalló que la ONU ha previsto destinar casi 100 millones de dólares para ayuda a desplazados durante 2009 a través de varias de sus agencias como el propio ACNUR, UNICEF o el Programa Mundial de Alimentos.
"Muchos desplazados están acudiendo a áreas metropolitanas" como la capital, Islamabad, o incluso la populosa Karachi (sur), donde el ACNUR aún no ha comenzado a registrarlos, según la responsable, quien aseguró que "pronto se va a controlar más a estas personas".
Pakistán, que actualmente ya acoge a 1,7 millones de refugiados afganos que empezaron a venir hace tres décadas huyendo de las continuas guerras en el país vecino, ha visto cómo la situación de la seguridad en su territorio ha sufrido un severo deterioro en los últimos dos años.
Fuentes de inteligencia occidental han asegurado a EFE que el movimiento talibán y otros grupos extremistas están echando raíces y consolidándose en la NWFP, donde se mueven con facilidad por amplias zonas, algo que incluso comienza a percibirse también en el sur de la provincia oriental de Punjab, la región más próspera del país y, en principio, más segura.
Según un informe publicado en enero por un grupo de estudios geoestratégicos, casi 8.000 personas murieron a consecuencia de la violencia en Pakistán en 2008, el año más sangriento de su historia, durante el cual se perpetraron más de 2.000 actos de terrorismo.
Este viernes, el presidente del país, Asif Alí Zardari, advirtió del peligro de "talibanización" de Pakistán, admitió que el movimiento está ampliamente expandido por todo el territorio y apeló a la necesidad de seguir combatiéndolo.
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