Este artículo se publicó hace 13 años.
La Comisión que investigará los abusos sobre Siria aún espera la respuesta de Damasco
La comisión designada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para investigar la represión de las protestas antigubernamentales en Siria aún espera respuesta sobre el permiso de acceso al país y la disposición de Damasco a colaborar.
Los tres miembros que integran esta comisión independiente comenzaron esta semana en Ginebra sus trabajos y comparecieron hoy ante los medios de prensa para ofrecer detalles sobre la misión.
El objetivo fundamental de su mandato es determinar si se han violado derechos humanos en el transcurso de las protestas contra el régimen de Bacher el Asad que comenzaron en marzo pasado y confirmar las sospechas sobre crímenes contra la humanidad expuestas recientemente por el Alto Comisionado de Derechos Humanos (OCHA).
El brasileño Paulo Pinheiro, exrelator especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, es el presidente de la comisión.
Los otros dos miembros son la turca Yakin Ertürk, profesora de Sociología y también exrelatora de Derechos Humanos, y la estadounidense Karen Abu Zayd, hasta hace poco comisionada de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina (UNRWA).
Pinheiro manifestó en rueda de prensa que "es muy importante que el Gobierno de Siria colabore con nosotros", porque será "la oportunidad de que Damasco ofrezca sus puntos de vista".
El presidente de la Comisión explicó que todavía no ha podido entrevistarse con el embajador sirio ante la ONU en Ginebra, pero que espera hacerlo la semana que viene, y no sólo con él, sino también "con una delegación de alto nivel del Gobierno sirio".
Pinheiro se comprometió a desarrollar la tarea "con la mente abierta" y de manera "plenamente independiente e imparcial", utilizando como herramienta fundamental el derecho internacional en lo referente al respeto de los Derechos Humanos.
Pese a que los trabajos de este grupo aprovecharán la investigación previa realizada por la OCHA, que no pudo acceder a Siria hasta después de publicar su informe, esta comisión quiere ofrecer "un nuevo comienzo" y desmarcarse del paraguas de la ONU.
"No somos funcionarios de la ONU. Somos completamente independientes (...). Somos tres personas que estamos comprometidas a complicarnos la vida en los próximos meses", dijo Pinheiro.
En su primera fase de "consultas preliminares", la comisión tiene previsto reunirse con diplomáticos, responsables de Naciones Unidas y representantes de la sociedad civil siria, además de establecer contactos para visitar países vecinos: Jordania, Líbano y Turquía.
Está previsto que las conclusiones de la comisión se publiquen a finales del mes de noviembre y sean actualizadas en marzo de 2012.
"Tenemos prácticamente seis semanas para avanzar en esta investigación", subrayó Pinheiro, que no quiso entrar en detalles sobre la preparación de la eventual visita a Siria y que explicó que es necesario negociar con Damasco la manera de llevarla a cabo.
"No puedo subirme sin más en un avión y presentarme en Damasco", indicó el presidente de la Comisión, que señaló que por una cuestión de "cortesía" el grupo tampoco se ha planteado establecer una lista de condiciones a las autoridades sirias para realizar su trabajo.
En sentido inverso, no se quiso pronunciar sobre eventuales condiciones que plantee el Gobierno sirio, pero consideró que estos elementos no representan la parte más difícil de la misión.
Tampoco hay una agenda determinada hasta el momento -"no la quiero definir hasta contactar con las autoridades sirias"- y Pinheiro informó de que estarán en Ginebra hasta el viernes de la semana que viene, día que coincide con la Revisión Periódica Universal (RPU) que el Consejo de Derechos Humanos hará sobre Siria.
En cualquier caso, Pinheiro indicó que "no podemos esperar para siempre" una respuesta de Damasco y subrayó que "con o sin la cooperación del Gobierno de Siria, tendremos un informe".
"Si finalmente no vamos a Siria, hay millones de páginas y documentos a las que podemos acceder", agregó el presidente, que insistió en la necesidad de no adelantar los acontecimientos y de esperar la respuesta de Damasco, cuya "cooperación para ofrecer su perspectiva sería fantástica para la efectividad del informe".
Sobre la imparcialidad de los miembros de la Comisión, argumentó que su trayectoria pasada les avala.
Las mayores dudas en los últimos días han tenido que ver sobre todo con Ertürk, dada su nacionalidad turca después de que el Gobierno de Ankara rompiera recientemente relaciones con Damasco.
Ertürk defendió su imparcialidad: "no estoy en esta Comisión como ciudadana turca. Creo que no hay duda sobre mi imparcialidad y espero que las autoridades sirias también lo vean así".
El inicio de los trabajos de la Comisión coincide con un recrudecimiento de la represión en Siria contra los movimientos antigubernamentales y con nuevas denuncias de la ONU de que la represión no se dirige sólo contra los manifestantes, sino contra sus familiares, incluidos niños, que son detenidos y torturados.
La represión en Siria ha causado al menos 2.700 muertos, de los que un centenar son niños, y la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Navi Pillay, se dirigió al Consejo de Seguridad para que eleve el caso a la Corte Penal Internacional (CPI).
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