Este artículo se publicó hace 15 años.
El comité judicial desestima las denuncias y pide una acción contra Karrubí
El comité judicial especial formado para examinar las protestas postelectorales en Irán desestimó la denuncia de violaciones y torturas a presos presentada por el candidato reformista derrotado en los comicios de junio pasado, Mehdi Karrubí.
Según la agencia de noticias local Fars, la terna de jueces designada por el nuevo jefe del Poder Judicial, ayatolá Sadeq Lariyani, ha sugerido, asimismo, que se emprenda una acción "justa pero firme contra él".
"Los tres miembros del comité han estudiado la reclamación de Karrubí y han concluido que es falsa y políticamente motivada, por lo que han instado a una acción justa pero firme contra él", afirma la fuente, que cita extractos del informe presentado por los magistrados.
"El comité cree que no existe prueba alguna de que las personas que Karrubí dice que fueron violadas, hayan sido violadas. Esas alegaciones y esos documentos han sido inventados para distraer a la opinión pública", agregó.
El clérigo reformista sacudió el pasado julio a la sociedad iraní y a la clase política al denunciar que se habían cometido abusos sexuales y torturas contra algunos de los detenidos en las protestas contra la reelección del presidente, Mahmud Ahmadineyad, que la oposición califica de fraudulenta.
Incluso presentó una serie de testimonios y pruebas al comité judicial y al comité especial del Parlamento que investiga los disturbios.
Esta semana, agentes judiciales precintaron la oficina de Karrubí, detuvieron a uno de sus colaboradores y se incautaron de diversa documentación y material informático.
Semanas antes, la Fiscalía de Teherán había ordenado el cierre de su diario afín, "Etemad-e Melli".
Alrededor de una treintena de personas murieron -según cifras oficiales- y cerca de 4.000 fueron detenidas en la revuelta que estalló tras los comicios del 12 de junio.
La oposición reformista eleva a 72 el número de víctimas mortales, cifra que las autoridades rechazan.
A finales de julio, el líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Alí Jameneí -que ha ratificado los polémicos resultados- ordenó el cierre del centro de detención de Kahrizak, en el sur de Teherán, después de que surgieran rumores sobre abusos.
Las autoridades iraníes han admitido "irregularidades" y han anunciado que los culpables serán juzgados "en breve".
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