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Comprar a crédito sin límites

La deuda pública está por debajo de la media europea, pero se ha duplicado con la crisis. El endeudamiento privado es tres veces mayor

AMPARO ESTRADA

La prima de riesgo ha pasado a formar parte de la familia. Hasta la actual crisis de deuda soberana, pocos se preocupaban de si la prima de riesgo estaba en 100 o en 300 puntos y ahora hasta sabemos dónde está el nivel de riesgo de un rescate a la griega o a la irlandesa (en torno a los 500 puntos). Y también conocemos los efectos dramáticos de los impagos de los préstamos hipotecarios, con los desalojos de familias que se quedan sin vivienda pero con la deuda a cuestas, o de los autónomos y pequeñas empresas que echan el cierre porque los bancos no les prestan.

Casi todo en estos momentos gira en torno a la deuda. Según los últimos datos del Banco de Pagos Internacionales, correspondientes a 2010, España es el cuarto país de la OCDE más endeudado en relación con su PIB: al 355% del PIB (sumando deuda pública y privada e incluyendo en esta la de las entidades financieras), por detrás de Japón (456%), Portugal (366%) y Bélgica (356%).

Pero el problema está más en la deuda privada que en la deuda pública. Por empezar por esta última, en España la deuda pública se situó en 2010 en el 61%, muy por debajo de la de otros países, como Reino Unido, Francia o incluso Alemania.

Lo que ocurre es que su aumento ha sido vertiginoso en los años de la crisis, debido al incremento de los gastos por seguro de desempleo, las ayudas a la banca y la caída de ingresos impositivos. En los cuatro años que llevamos de crisis, la deuda pública casi se ha duplicado, al pasar del 36% del PIB en 2007 al 65,9% en el segundo trimestre de este año. Afortunadamente, desde el año 2000 se estaba registrando una reducción constante, más acentuada entre 2004 y 2007, lo que ha permitido tener un colchón que ha hecho menos dura la caída. Y aunque la carga de los intereses de la deuda pública ha crecido en términos absolutos a partir de 2008, en porcentaje del PIB era más alta entre 2000 y 2004 (Gobierno del PP) que en 2010.

El endeudamiento de las sociedades no financieras es el 141% del PIB y el de las familias, el 86%

Por su parte, el endeudamiento privado de empresas y familias ha estado creciendo a tasas de dos dígitos hasta que llegó la crisis. La deuda de las sociedades no financieras representa en 2010 el 141% del PIB, mientras que la de las familias alcanza el 85,7%. En total, el endeudamiento privado (sin incluir las entidades financieras) es del 226% del PIB, más de dos veces la riqueza nacional y tres veces más que la deuda pública.

Por apuntar sólo las subidas más elevadas, en 2004 y 2005 los hogares incrementaron su endeudamiento más del 20% anual, con aumentos de hasta el 25% en los préstamos hipotecarios en 2005. Por su parte, el endeudamiento de las empresas crecía al 28% en 2006. Ahora, el grifo se ha cerrado totalmente porque los bancos, que estuvieron concediendo créditos sin medir los riesgos, se endeudaron a su vez en esta orgía prestamista y ahora a ellos tampoco les prestan. La morosidad aumenta, a su vez, por el aumento del paro y la falta de demanda. Y a muchas entidades financieras no les llega el capital que tienen para cumplir con las exigencias de solvencia, por lo que buscan dos formas de lograrlo: mandar todo el dinero que puedan obtener al core capital en lugar de dar créditos o restringir al máximo los préstamos aplicando exigencias desorbitadas de solvencia.

Pero ni era aquella manga ancha ni este grifo cerrado. Cómo no recordar a los miles de inmigrantes atrapados en préstamos impagables como titulares de créditos o como avalistas de otros inmigrantes con tan pocos recursos como ellos. O las más de 300.000 familias desahuciadas en esta crisis al no pagar la hipoteca. Muchos se metieron en préstamos elevados a los que no pudieron hacer frente en los malos tiempos y los bancos no les frenaron: al contrario, tasaron en exceso la vivienda para prestar más o les incitaron a volver a pedir a medida que amortizaban el crédito. Y, cuando dejaron de pagar, las entidades financieras cobraron intereses de demora de hasta el 30%.

La deuda pública cerró 2010 en el 61% del PIB, por debajo de la de Alemania o Francia

Como país somos extremadamente vulnerables a las restricciones de crédito en los mercados internacionales y a la evolución de la prima de riesgo, que encarece no sólo la carga de la deuda pública, sino también la de las emisiones de deuda privada de las empresas.

Eso, si consiguen colocarla. España tiene una posición deudora ante los mercados financieros internacionales a los que lleva apelando años. Miren Etxezarreta, catedrática emérita de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona, considera un 'escándalo que no se tomaran medidas antes de la crisis tanto por los gobiernos del PP como del PSOE. Se ha estado comprando como si no tuviéramos límites y no se ha hecho ningún esfuerzo por mejorar la productividad'. Y ayer, nuestra prima la de riesgo llegó a tocar los 414 puntos.

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