Este artículo se publicó hace 15 años.
Concha Buika, en la meca del jazz para cantar magia, amor y paz con Chavela
Concha Buika, la cantante española de origen guineano y voz desgarradora, la "hija negra" de Chavela Vargas, actúa hoy en París decidida a dar a su público francés "magia", "amor" y "paz", según declaró en una entrevista con Efe.
Recién llegada de San Sebastián, esta artista que dice "limitarse a cantar" allá donde le dicen que tiene que hacerlo, se dispone a tomar el escenario de la Sala Pleyel segura de que "todos queremos lo mismo, sensación de paz, instantes mágicos en el momento que se vive, sensaciones de bienestar" y alguna que otra cosa más.
"Yo me limito a cantar, no tengo ni idea de donde actúo ni me entero de nada de todo eso. Abro los ojos y me dicen 'para allá', y yo sólo me doy cuenta cuando estoy delante de la tribu", comentó la intérprete, que el pasado 28 de octubre abrió el Festival de Jazz de Zaragoza.
De París, entre otras muchas maravillas celebró "estar pisando la cuna del jazz", pues en Estados Unidos nacieron la mayoría de sus grandes músicos, pero "no se les daba ni bola"; en cambio, en París se les trataba "de señores".
"Para mí, que vengo del jazz, que es la música con la que yo he crecido, París es una meca. Cualquier 'jazzista' te hablará de París como uno de los cielos que tiene la Tierra", resaltó entusiasta.
Como es su costumbre, dijo ignorarlo casi todo del programa que interpretará esta noche en Pleyel, acompañada del pianista Ivan "Melon" Gonzales y del percusionista Fernando Favier.
"No suelo pensar mucho en esas cosas, me gusta hacer de todo, yo hago todo", recalcó Concha Buika, quien "no acostumbra" ni le gusta ensayar.
Siempre "llevas una excusa, la de este año es este disco, y es maravillosa porque pude enrolar a una de mis musas, que es la reina Chavela", subrayó al ser preguntada por "El último trago", grabado la pasada primavera con el pianista cubano Chucho Valdés y que salió al mercado este otoño.
Excepcional homenaje a la cantante mexicana que el pasado 17 de abril cumplió 90 años, a quien Concha Buika profesa enorme admiración y cariño y quien la considera a ella su "hija negra".
Desde su presentación el pasado agosto en el Festival de Peralada (Gerona), esta grabación que Concha Buika llevará en breve por América Latina, la condujo ya por múltiples ciudades de Europa y también de Estados Unidos, como Los Ángeles, Miami o Nueva York.
En este nuevo disco que pasea por el mundo revive "lo que vivió Chavela", que "son secretos compartidos por todos", manifestó.
"A todos nos cuesta hablar, pero todos estamos ahí; canto sus canciones y me doy cuenta de que estamos todos en ellas", resaltó Concha Buika, quien previno de que "el canto de Chavela duele, y duele cantarlo, y duele escucharlo desde nuestra propia herida".
Algo que "no se limita a un país o a otro", precisó.
A París "vengo con mucha 'contentura'. Claro, estando ahí arriba eres víctima del duende de la música", y entonces "no me puedo olvidar -explicó- de que la música nace en cada momento", del mismo modo que "no se puede mentir con la expresión que se tiene frente a un cuadro".
De ahí que en sus interpretaciones le ocurra "una cosa muy extraña" y le guste "robar las historias que todos traemos".
A los escritores también les pasa, de repente algo o alguien les chiva eso que van a escribir, "y a mi me pasa encima del escenario, me vienen frases, poemas", ideas, desde la tribu, añadió.
Por eso conviene "ir sin equipaje a los sitios", pues, "llegues donde llegues, siempre hay cosas con las que puedes trabajar", señaló esta diva de perfecta fusión musical, entre tradiciones ancestrales de Guinea Ecuatorial, flamenco gitano descubierto de niña en el barrio chino de Mallorca, jazz, soul, funk, copla y ahora rancheras mexicanas.
Dedicada "por entero" a su arte, "a lo que hace que más tarde o más temprano pueda estar con lo que me gusta, que es con mi hijo", Concha Buika recordó, no obstante, que su profesión, además de ser "un poco punki" y nada "relajante" ni tan brillante, es "más bien agotadora".
"Es complicado, sé que no paro de trabajar, gracias a Dios, pero es un trabajo que te lleva de un lado para otro, tienes poco tiempo en casa, con tu familia, para vivir", agregó esta creadora nata, que gusta "encerrarse a componer canciones, guiones, fotografías" y que tiene su propio estudio de grabación y también una "pequeña productora".
María Luisa Gaspar
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