Este artículo se publicó hace 15 años.
El concierto dibujado de Liniers y Kevin Johansen llega a España con el espectáculo "Oops!"
Un concierto dibujado o un dibujo musicalizado: así definen el dibujante Ricardo Liniers y el cantante Kevin Johansen el espectáculo que trae a España su gira "Oops!", una improvisación en tiempo real que nace de la unión entre dos disciplinas y que promete sorpresas y carcajadas.
Hace un año, los argentinos Liniers y Johansen crearon "Oops!", un libro espontáneo en el que las letras del músico cobraban expresión gráfica.
Ahora este libro se ha transformado en un divertido "show" que pasará por Barcelona -esta noche-, Murcia -el próximo jueves- y Madrid -viernes y sábado-.
"Oops!" ha pasado ya por los escenarios de Argentina, Chile, Perú, Paraguay y Venezuela, un espectáculo que siempre es inédito, pues la inquietud y el dinamismo de ambos artistas no dan tregua a la imaginación.
Ambos coinciden, en una entrevista con Efe, en que "Oops!" es un espectáculo "muy íntimo y muy cálido", fruto de la estrecha relación que une a estos dos amigos a los que les resultó "muy fácil" subirse juntos a un escenario.
"No nos tenemos miedo", confiesa Liniers, que dibujó la portada de "Logo", uno de los cuatro álbumes de estudio que Kevin Johansen ha grabado junto a su banda "The Nada".
Johansen canta y Liners recrea sus letras a su antojo. Sobre una pantalla, bajo una cámara o con pinturas acrílicas al fondo del escenario. Hace aviones de papel e invita al público a entrar en el juego. Y, en la recta final del espectáculo, se atreve a cantar.
"Cuando ya hemos hecho todo bien, al final, lo arruinamos", bromea Liniers, consciente de que le falta "un poco de ritmo y un poco de armonía", pero también de que su compañero dibuja "tan mal" cómo él canta.
Pero con este particular acuerdo, Liniers ha vivido "el sueño de una estrella de rock" y Johansen ha aprendido a "comprender la risa como aplauso", a interpretar una "ola de carcajadas" como algo "bonito" a lo que no estaba acostumbrado.
"Yo canto una balada y la gente se ríe, porque Ricardo me falta al respeto permanentemente, los dibujos aparecen detrás mío y la mayoría de las veces no sé lo que está haciendo", explica el cantante.
Ambos comparten una afinidad estética y coinciden en que la ironía es "tristeza disfrazada". De esa afinidad nace un espectáculo íntimo que "rompe con la solemnidad del cantautor", según Johansen, en el que dos disciplinas se juntan "para armar algo festivo, sin caer en redundancias y para disfrutar plenamente".
Una transgresión del concepto tradicional de concierto, equilibrado y con grandes dosis de humor, en el que ambos regalan su arte y asumen su "falta de talento en otras áreas".
"No somos renacentistas", exclama Johansen, nacido en Alaska pero criado en Argentina desde los doce años.
"Oops!" es también la convivencia entre dos artistas: "los músicos somos insoportables, y trabajar con alguien mucho menos neurótico y mucho menos egocéntrico que un músico es una brisa de aire fresco", confiesa Johansen, quien define a Liniers como un "ingenuo engañoso" o un "falso ingenuo" capaz de desatar lágrimas o sonrisas en apenas unos segundos.
Además de dibujar viñetas y a pesar de su falta de oído musical, Liniers consigue interpretar versos con sus trazos, "poniendo fuerte la canción y dejando que vaya para cualquier lado".
Los dos argentinos ponen a prueba su talento, su paciencia, y su creatividad para dar vida a este recital, que el dibujante de Macanudo define como una "sucesión de travesuras".
"Es un bicho raro al que los dos queremos mucho", asegura entre risas.
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