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Condenado a 73 años de cárcel el violador del chándal

En 1991 ya fue castigado a cien años de prisión por 11 agresiones sexuales

 

MARIOLA MORENO

Durante dos años, Andrés Mayo Fernández, más conocido como el violador del chándal, sembró el pánico en A Coruña, ciudad en la que perpetró ocho agresiones sexuales entre 2006 y 2007. El agresor atacaba por la espalda a mujeres solas, menores de 30 años, en los portales de sus viviendas. Por esos delitos contra la libertad sexual, la Audiencia Provincial lo ha condenado a 73 años y 228 días de cárcel.

La sentencia, hecha pública ayer, también le considera culpable de una falta por lesiones, tres hurtos y un delito contra la integridad moral por los insultos racistas proferidos contra una de sus víctimas. Por todo ello, Mayo deberá indemnizar a las víctimas con cuantías que oscilan entre los 2.000 y los 16.000 euros.

El fallo, no obstante, rebaja la condena que reclamaban tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones particulares, que en el juicio celebrado el pasado 14 de octubre solicitaron penas que sumaban 129 años de prisión. La Fiscalía solicitó, además, el agravante de 'reincidencia' por la condena de más de cien años de cárcel que, en 1991, ya se le impuso a Mayo por otras 11 agresiones sexuales cometidas en León y en Asturias. El delincuente sólo cumplió 12 años por buen comportamiento.

Este violador múltiple, que durante el juicio negó en todo momento ser el autor material de las agresiones, argumentó que en esas fechas se encontraba en su casa con su familia. También acusó a la Justicia de 'mirar para otro lado' en los más de dos años que lleva en prisión por estas últimos ocho ataques y criticó la actuación policial. La sentencia recoge que Andrés Mayo fue identificado por las víctimas y destaca aspectos coincidentes en el relato de varias de ellas, como que el acusado tenía unas 'manos grandes'.

El juez también ha tenido en cuenta la huella dactilar del procesado encontrada por agentes de la Policía en el portal en el que cometió una agresión, así como restos de ADN hallado en los genitales de una de las mujeres.

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