Este artículo se publicó hace 13 años.
El Congreso de EEUU aprueba los TLCs con Colombia, Panamá y Corea del Sur
El Congreso de EEUU aprobó hoy por amplio margen los Tratados de Libre Comercio (TLCs) con Colombia, Panamá y Corea del Sur, otorgando al presidente Barack Obama una importante victoria política para su agenda comercial.
En la Cámara de Representantes, la votación del TLC con Colombia fue de 262-167, la del TLC con Panamá de 300-129, y la del de Corea del Sur, el más grande de los tres, fue de 278-151.
En el Senado, las votaciones fueron de 83-15 para el de Corea del Sur, de 77-22 para el de Panamá, y de 66-33 para el Colombia, aprobados en ese orden.
La votación de los TLCs, negociados entre 2006 y 2007 durante la presidencia de George W. Bush, fue una demostración de fuerzas entre defensores de la libertad comercial y aquellos que, presionados por los sindicatos, mantienen una vena proteccionista y advierten de una mayor fuga de empleos al exterior.
Lo revelador y significativo de las votaciones fue que, en general, los republicanos, acérrimos críticos de Obama, respaldaron casi al unísono los TLCs mientras que muchos demócratas desoyeron a la Casa Blanca y votaron en contra.
Hasta ahora, Estados Unidos contaba con 11 acuerdos comerciales con 17 países y, para la Administración Obama, los TLCs son el motor que impulsará el crecimiento económico y la creación de empleos mediante un aumento de las exportaciones.
Según la Casa Blanca y sus partidarios, los acuerdos ayudarán a crear 250.000 empleos y aumentarán las exportaciones por unos 13.000 millones de dólares. Tan sólo el de Corea de Sur, el séptimo socio comercial de EEUU, ayudará a crear 70.000 empleos.
Ambas cámaras comenzaron el debate simultáneo a las 10 de la mañana hora local (14.00GMT) y aunque cada una tenía hasta 12 horas de debate, votaron antes. Bajo las reglas parlamentarias, la Cámara Baja fue la primera en votarlos.
El líder de la minoría republicana del Senado, Mitch Mcconnell, afirmó que los acuerdos reducirán los aranceles y demás barreras comerciales a los productos estadounidenses, y "nivelarán el terreno" para el empresariado y los trabajadores en EEUU.
Frente a una tasa de desempleo del 9,1%, un aumento de las exportaciones es sinónimo de más empleos, cuando EEUU más los necesita, argumentó McConnell.
Pero el senador demócrata de Ohio, Sherrod Brown, afirmó que los TLCs siguen el "modelo fallido" del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994, ofrecen "más de lo mismo", y perjudicarán a la pequeña empresa y a los trabajadores en este país.
El coro de detractores incluyó al demócrata Mike Michaud, otrora obrero de una papelera y para quien los TLCs sólo llevarán más "devastación" a las comunidades.
De los tres pactos, el de Colombia fue el más espinoso a lo largo de la jornada: los demócratas denunciaban la violencia contra sindicalistas y los republicanos destacaban los avances en materia de seguridad y derechos humanos.
Salvo excepciones como el senador Max Baucus, buena parte de los demócratas repitió su queja de que el "plan de acción" suscrito por Colombia para reforzar las protecciones laborales se queda sobre papel mojado al no ser incluido de forma vinculante en el TLC.
"Me parece profundamente preocupante que el Congreso siquiera esté sopesando un acuerdo comercial con un país que tiene el récord mundial de asesinato de sindicalistas", dijo la legisladora demócrata de California, Maxine Waters.
En la Cámara Baja, el demócrata de Michigan, Sander Levin, propuso suspender la votación del TLC con Colombia y debatir en vez una medida para obligar a China a reevaluar el yuan. Su moción fue rechazada, por 192-236.
Para Colombia, el TLC, suscrito en noviembre de 2006, le abre las puertas de par en par al mercado estadounidense, que ya es el principal destino de sus productos.
El acuerdo garantiza una desgravación total y permanente de todas las exportaciones colombianas, e incluye una extensión hasta 2013 de las preferencias arancelarias andinas.
En una votación de 307-122, el Congreso también puso su sello a otra medida que extiende hasta 2013 tanto el Sistema Generalizado de Preferencias, que promueve el desarrollo en 129 naciones, y la Ley de Ajuste Comercial (TAA), que da ayuda económica y capacitación laboral a trabajadores estadounidenses desplazados por la competencia del comercio exterior.
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