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La conquista de Almería

Una ruta a pie o en 4x4 recorre los escenarios de La muerte tenía un precio y otras películas rodadas en el desierto almeriense de Tabernas.

MIRIAM QUEROL

Hay algo inquietante en la calma solitaria del desierto. El aspecto irreal de las rocas polvorientas provoca la sensación de que estamos, efectivamente, en un decorado, y de que cualquier cosa puede interrumpir ese fotograma parsimonioso que un día vimos en el cine. Ocurre en Tabernas, a unos 30 kilómetros al norte de Almería, un laberinto de ramblas y barrancos de aspecto lunar, protegido por las sierras de Filabres y Alhamilla que lo aíslan de las corrientes húmedas del Mediterráneo. En la aridez de estas tierras baldías creció, sin embargo, un género cinematográfico de culto: el western europeo, que en aquella época fue despreciado por la crítica y etiquetado, despectivamente, con el nombre de spaguetti western por su origen italiano. Años después, algunos directores americanos influyentes -desde Sam Peckimpah y Martin Scorsese a Quentin Tarantino- reivindicarían las cintas de Sergio Leone, que despojó al western clásico de su carácter épico con grandes dosis de violencia, unos antihéroes perdedores y cínicos y un cierto aire onírico, a lo que contribuyó el paisaje almeriense.

La muerte tenía un precio, con un nuevo y estilizado cowboy, Clint Eastwood, fue la segunda y más exitosa película de la llamada 'trilogía del dólar' -junto con Por un puñado de dólares y El bueno, el feo y el malo-, todas ellas rodadas en el desierto de Tabernas. Aunque ya se habían filmado algunas películas aquí -Cleopatra de Joseph Mankiewicz o Lawrence de Arabia, de David Lean- fue Sergio Leone quien impulsó definitivamente el llamado Hollywood europeo, que ha servido de escenario a más de 200 títulos, desde clásicos de ciencia ficción (2001, la odisea en el espacio) y grandes producciones de aventuras (Indiana Jones y la última cruzada) a recientes cintas de cine indipendiente (Límites del control).

Una ruta que puede realizarse a pie o en 4x4 recorre las localizaciones de la película de Sergio Leone o, si se prefiere, los decorados naturales de las aventuras de Indiana Jones. En la página web www.paisajesdecine.com se puede descargar la guía completa que contiene los detalles de la ruta. El recorrido se detiene en algunos poblados del lejano Oeste construidos para el rodaje varios spaguetti westerns: Mini Hollywood, que hoy funciona como parque temático que incluye una reserva zoológica; Fort Bravo, un decorado a sólo dos kilómetros del pueblo de Tabernas que recrea tanto Texas como México, con el típico saloon, la cárcel, el banco y el fuerte de caballería; y el rancho Leone, en la carretera en dirección a Granada, que se construyó para el rodaje de la película Hasta que llegó su hora, también firmada por Leone. Hoy, estos platós, además de servir de escenario a spots publicitarios y videoclips musicales, funcionan como parque de atracciones turístico, con oferta hostelera y de restauración. Incluso se pueden alquilar caballos para que los más entusiastas del género se metan en el papel.

Dejamos en el terreno de la ficción, el poncho, el tabaco y el enorme sombrero que oscurecía los ojos eternamente guiñados de El Manco, imborrable personaje interpretado por Clint Eastwood.



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