Este artículo se publicó hace 14 años.
El Consejo de Seguridad de la ONU condena el hundimiento de una corbeta surcoreana
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó hoy el hundimiento por parte de Pyongyang de la corbeta surcoreana "Cheonan" en marzo pasado, en el que murieron 46 personas, y que ha considerado como una "amenaza" a la estabilidad regional del noreste asiático.
El Consejo, máximo órgano de decisiones de Naciones Unidas, aprobó por unanimidad una declaración en la que consideró que "ese incidente pone en peligro la paz y la estabilidad" de la Península de Corea y de la región del noreste asiático, al tiempo que alienta al diálogo directo para resolver los problemas.
En respuesta a la decisión del Consejo, el embajador norcoreano, Sin Son Ho, dijo en una conferencia de prensa, que su país "está dispuesto a reanudar el diálogo de paz y las negociaciones a seis bandas", entre las dos Coreas, EE.UU., China, Japón y Rusia para el desmantelamiento del programa nuclear coreano.
Las negociaciones multipartitas se paralizaron en diciembre de 2008 y en abril de 2009 Corea del Norte anunció su retirada definitiva de la mesa de diálogo en respuesta a las sanciones que le impuso la ONU.
La presidenta de turno del Consejo y embajadora de Nigeria, U. Joy Ogwu, señaló que la decisión se había tomado por "unanimidad" y mostraba la "unidad" del órgano que dirige, además de subrayar que se deben evitar situaciones como la causada por el incidente ya que ponen en peligro la seguridad regional.
La embajadora nigeriana señaló que en su declaración, el Consejo expresaba su "profunda preocupación" por los resultados de la investigación internacional, al tiempo que señaló que en el documento se pide que "se tomen las medidas apropiadas y pacíficas hacia las personas responsables del incidente".
Tras ese ataque, ocurrido en marzo pasado y en el que murieron 46 de los 104 militares de la corbeta surcoreana, el Gobierno de Seúl encargó una investigación internacional, en la que participaron expertos de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Suecia, y en la que se determinó que fue un torpedo de un minisubmarino norcoreano el responsable del incidente.
En consecuencia, el Gobierno surcoreano pidió formalmente el pasado 4 de junio al Consejo de Seguridad que adoptara medidas contra Corea del Norte "proporcionales" a la gravedad de la supuesta agresión del régimen comunista, que Pyongyang siempre ha negado.
Tras la decisión del Consejo, se supo, según la agencia de noticias surcoreana KCNA, que Pyongyang habría propuesto a Estados Unidos mantener "conversaciones militares la próxima semana" para esclarecer el hundimiento de la corbeta surcoreana.
En la declaración aprobada hoy se subraya que, tras esa investigación, se ha concluido que "Corea del Norte fue responsable del hundimiento de la Cheonan", pero cuidadosamente evita condenar directamente a ese Gobierno.
En el documento aprobado por los quince miembros del Consejo, se subraya también la "contención" de que ha hecho prueba Seúl, al tiempo que pide la plena adhesión al armisticio que en 1953 puso fin a la guerra de Corea, y anima a que las diferencias en la península coreana se arreglen de manera pacífica y mediante la "reanudación del diálogo directo".
"Estados Unidos da la bienvenida a este acuerdo unánime que claramente condena el ataque al barco surcoreano", afirmó al término de la reunión la embajadora estadounidense, Susan Rice, quien también destacó que la declaración "demuestra un consenso internacional firme en la condena del ataque".
Rice agregó que "el mensaje al liderazgo norcoreano está claro: el Consejo de Seguridad condena y deplora el ataque, y advierte ante futuros ataques", al tiempo que insistió en que las autoridades de Pyongyang tienen que actuar para "rebajar las tensiones cumpliendo con la ley internacional, el acuerdo de armisticio y la Carta de Naciones Unidas".
"Está claro que se busca resolver los asuntos pendientes mediante las vías diplomáticas", afirmó Rice, que también señaló que "hay varios instrumentos a través de los que se puede lograr".
El hundimiento del buque, en el que murieron 46 de sus 104 tripulantes, supone el incidente más grave en las relaciones entre ambas Coreas desde 1987, cuando Pyongyang hizo estallar una bomba en un avión surcoreano de pasajeros que acabó con 115 vidas.
Las dos Coreas firmaron un armisticio en 1953, que técnicamente las mantiene aún en guerra, pero que puso fin a las hostilidades que vivió la península, y desde entonces Estados Unidos mantiene desplegados más de 28.000 militares en el territorio surcoreano.
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