Este artículo se publicó hace 14 años.
Los conservadores británicos se ponen nuevas metas
Los conservadores británicos lanzaron el lunes una nueva iniciativa para desalojar a los laboristas de algunos de sus feudos en las elecciones del próximo 6 de mayo, en las que ha sorprendido la irrupción de un tercer partido.
Los conservadores de centroderecha están luchando por expulsar a los laboristas de centroizquierda del poder, en el que llevan 13 años. Ambos partidos tienen enfrente una formación que ha dado la sorpresa, los liberales-demócratas, cuya popularidad ha emergido en los últimos diez días.
Los conservadores están por delante en las encuestas, pero el impulso al segundo lugar de los liberales-demócratas podría privarles de la mayoría absoluta necesaria para gobernar en solitario.
Las encuestas apuntan a un parlamento de 650 escaños en el que ningún bloque tenga la mayoría. La pesadilla de los conservadores es que eso pueda permitir a los laboristas aferrarse al poder si se alían con los liberales.
El líder conservador, David Cameron, dijo el lunes que su partido había sumado 20 nuevos nombres a la lista de escaños potenciales que arrebatarle a los laboristas, lo que sugiere que eso podría deshacer el equilibrio y dar la mayoría a los conservadores.
"Estamos persiguiendo un gobierno de mayoría. Creemos que es posible, que es factible. Es por eso por lo que hemos extendido nuestro campo de batalla", dijo Cameron en rueda de prensa.
Cameron negó la sugerencia de que eso significaba que los conservadores eran ahora pesimistas respecto a conseguir los escaños en poder de los liberales-demócratas.
"Estamos trabajando mucho, mucho para conseguir los escaños de los liberales-demócratas en muchas partes del país", dijo, criticando a un partido que considera "desencaminado" y "confuso".
Bajo el sistema electoral británico, la victoria no depende del número de votos, sino del número de escaños de cada partido. Los partidos habitualmente centran sus esfuerzos en ganar los escaños marginales que pueden cambiar de manos con un pequeño puñado de votos.
CALAMIDAD
"Lo que hemos visto de la calamidad de la campaña laborista es la oportunidad para trabajar incluso más en ciertos escaños que eran escaños laboristas bastante seguros, pero que ya no lo son. Están al alcance de cualquiera", dijo Cameron.
Cameron cree que un parlamento sin mayoría desembocaría en un período de inestabilidad, con los partidos peleándose por los puestos políticos en lugar de abordar la tarea crucial de atajar el preocupante déficit presupuestario.
Sus preocupaciones las comparten ampliamente los empresarios, según un sondeo publicado el lunes por las Cámaras de Comercio, que halló que dos tercios de ellos estaban preocupados por el potencial impacto de un parlamento sin mayoría.
Sin embargo, el banco suizo UBS dijo el lunes que un gobierno de coalición acordaría probablemente medidas para endurecer la política fiscal, y el principal impacto sobre la libra esterlina se produciría si un solo partido gana la mayoría e intenta recortar el déficit presupuestario demasiado rápido.
Para los liberales-demócratas, que dicen que el sistema de votación les perjudica y favorece a los dos partidos más grandes, un parlamento sin mayoría podría ser una oportunidad en la vida para lograr el cambio en la reforma electoral a cambio de sus apoyos.
El primer ministro, el laborista Gordon Brown, ha propuesto un referéndum para cambiar el sistema de votación, señalando que estaría abierto a negociaciones con el líder liberal-demócrata, Nick Clegg, sobre esta cuestión.
Cameron, que espera no necesitar el apoyo de Clegg para gobernar, ha rechazado una reforma electoral, aunque no ha querido descartar hablar con Clegg sobre ello en el caso de que se diera un parlamento sin mayoría.
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