Este artículo se publicó hace 16 años.
El corazón de las Harleys hace rugir a Barcelona
Para algunos de los asistentes al Barcelona Harley Days' 08, que empezó este jueves y terminará el domingo, la vida se ve distinta encima de una Harley Davidson.
"El sonido del motor es único, es la música más placentera que puedas oír nunca", afirma José, un vendedor de fotocopiadoras que hoy se ha ataviado con un chaleco de piel negra con el anagrama del Barcelona Chapter, la agrupación motera a la que pertenece. José habla de la Harley -en su discurso llega a salir la palabra orgasmo- como de una filosofía de vida, casi como si esa máquina con dos ruedas y unas formas coquetas y desafiantes le hubieran salvado, en algún momento, la vida.
Y, sin embargo, sus palabras no son nada extrañas en este recinto de Montjuic. Cuando preguntas a un motero qué es para él conducir una Harley salen respuestas de lo más exóticas. "La Harley es Dios", dice un compañero del vendedor. "La Harley es dolor", afirma Charlie, uno de los propietarios de la marca de ropa Negro Mate.
La organización del Barcelona Harley Days ‘08 espera que durante estos cuatro días pasen por el recinto unas 15.000 motos y más de 250.000 visitantes. Y aunque ayer todavía no habían llegado todas las Harley que se esperan, en los estands ya había muchos curiosos en busca de la moto imposible. La exposición de Ferri Clot, el campeón del mundo de customización, era una de las más visitadas.
"Ésta está inspirada en las Vegas", afirma mientras señala el sillín, procedente de un tapete de juego. "Y aquella es la de un amigo de Springsteen". Clot, que ahora está afincado en Marbella, cuenta que los usuarios de la Harley Davidson son de todas las clases sociales pero que su negocio ya no es lo que era desde que los ricos de Marbella "se han largado a otros lugares".
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