Este artículo se publicó hace 14 años.
Corella traduce "El lago de los cisnes" a nuevo público, pero respeta esencia
Una traducción a la realidad del siglo XXI del clásico cuento de príncipes y princesas, sobre el que descansa la eterna lucha entre el bien y el mal y subyacen magia, amor, odio o superchería, es lo que caracteriza a la versión de "El lago de los cisnes" realizada por Ángel Corella.
La compañía de este bailarín ha representado hoy en Valladolid por primera vez la adaptación que ha elaborado Corella del ballet clásico "El lago de los cisnes", veintidós años después de que la última compañía española se enfrentara al reto de modelar esta afamada obra del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893).
La historia de Sigfredo, protagonista de la obra encarnado por Herman Cornejo, y de cómo se enamora Odette -Adiarys Almeida-, una mujer bajo la que pesa un hechizo por el que adopta forma de cisne durante el día, ha encandilado al público que ha acudido hoy al Teatro Calderón de Valladolid, que ha despedido a los bailarines entre aplausos y aclamaciones.
"El lago de los cisnes" presenta personajes planos, idealistas, situados en contextos que les son tanto favorables como hostiles y en los que no dudan en perseguir sus objetivos hasta las últimas consecuencias.
Entre coloridos vestidos de época de diverso corte y en un escenario convertido en paisaje campestre, distinguido salón palaciego o lúgubre lago en el claro de un bosque, característico de las más populares historias románticas, los bailarines del Corella Ballet Castilla y León han interpretado esta obra de cuatro actos y de cerca de dos horas y media de duración.
Luces que simulaban truenos, rayos de luna entre los árboles o los movimientos del agua; humo que manaba de los lados del escenario para cubrir el suelo del espacio central, así como un completo atrezo con diversos elementos de época han contribuido a trasladar la particular atmósfera de misterio que envuelve a "El lago de los cisnes".
Corella se ha basado en su creación en la versión que se considera definitiva de "El lago de los cisnes", que es la realizada por Marius Petipa y Leiv Ivanov, estrenada en 1895, dos años después de la muerte de Tchaikovsky.
En el foso, la Orquesta Sinfónica de Kiev (Ucrania) ha completado el espectáculo con las melodías de esta obra clásica, algunas tan conocidas como la que anuncia la presencia de la princesa cisne (Odette) junto al lago, asentada sobre las notas de un oboe.
El coreógrafo no ha podido participar en el estreno mundial de la obra debido a un problema de salud, aunque al finalizar la representación ha aparecido en el escenario de la mano de los intérpretes del ballet y ante los aplausos de los asistentes al teatro.
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