Este artículo se publicó hace 15 años.
Correa anuncia un cambio radical en Ecuador
Su aplastante triunfo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales se vio corroborado por la victoria del bloque izquierdista en los comicios legislativos del domingo
La felicidad de Rafael Correa es completa. A su aplastante victoria en las elecciones presidenciales de Ecuador más del 50% de los votos fueron para él se unió ayer el triunfo de su partido Alianza PAIS en los comicios legislativos celebrados el domingo. La izquierda ecuatoriana controlará la Asamblea Nacional con mayoría absoluta, lo que permitirá al presidente aplicar su programa social de Gobierno sin ataduras.
Según los datos del Centro Nacional Electoral (CNE) con el 50% escrutado, Alianza PAIS obtendrá entre 56 y 61 escaños de los 118 que componen el Parlamento de Ecuador. Además, sus socios de Gobierno hasta el domingo el Movimiento Popular Democrático (MPD), la organización indígena Pachakutik (PK) y el Movimiento Municipalista lograrán 12 asientos.
El presidente electo cierra la puerta al diálogo con su principal rivalEl margen de error se ha fijado entre dos y cuatro escaños. Con este resultado, Correa y su proyecto de Revolución Ciudadana no necesitarán buscar acuerdos con los partidos centristas, socialdemócratas, ni por supuesto, con el derechista Partido Sociedad Patriótica (PSP) del ex presidente Lucio Gutiérrez.
Este ex militar que aspiraba a desbancar a Correa del sillón presidencial, o al menos forzar un mano a mano con el ya ganador en una segunda vuelta, se quedó en un 28% de los votos en los comicios presidenciales. Sin embargo, fue un buen resultado. Gutiérrez no sólo ganó en un puñado de provincias sino que ha obtenido diez puntos más de lo que se le auguraba a un hombre que hasta hace escasos días se consideraba un cadáverpolítico.
Pese a este sorprendente resultado, asesores de Alianza PAIS siguen considerando que Gutiérrez "no representa la posibilidad de liderazgo de una oposición congruente, representativa y orgánica", explicaron ayer a Público. El opositor más votado utilizó ayer la peor versión de los viejos políticos latinoamericanos al conocer de forma oficial su derrota. "No reconozco los resultados. En varias localidades, entre ellas Guayaquil, se han detectado papeletas marcadas a favor de lista PAIS. Eso es una prueba de que este Gobierno sigue violando la Constitución", dijo el ex presidente.
Su partido tiene algunas diferencias internas surgidas durante la campañaNueva etapaEn la otra orilla, un exultante Correa aseguraba que su triunfo unido al de su partido abre "una etapa histórica en el país". No cerró la puerta al diálogo con algunos de sus rivales, como el alcalde de Guayaquil, el derechista Jaime Nebot, que ganó por tercera vez los comicios locales en la ciudad portuaria. "Se puede hablar con este señor. Pero Lucio Gutiérrez, ¿qué ideología tiene? ¿Cómo hablar con un hombre así? ¿O con un (Álvaro) Noboa?", se preguntó el presidente. Según Correa, cuyo programa basado en la ética política y la justicia social es diametralmente diferente a las propuestas de sus rivales, buscar un consenso con Gutiérrez "sería traicionar a mi conciencia y a mis electores, ya que volvería a hacer lo que otros hicieron: jugar con la miseria de nuestros pueblos".
Pero Ecuador no es una autopista para el proyecto de Correa. Su partido es un conglomerado de fuerzas y organizaciones cuyas diferencias afloraron en la campaña. El presidente electo reconoció esta debilidad. "Tenemos un gran capital político pero no tenemos estructura", dijo. Ahora tiene cuatro años por delante.
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