Este artículo se publicó hace 16 años.
CORREGIDO-Los genes de sefardíes y moriscos permanecen en España
Por Teresa Larraz
El 19,8 por ciento de los cromosomas de la población masculina española presenta características genéticas atribuibles a los ancestros judíos sefardíes y otro 10,6 por ciento, de poblaciones del norte de África, según un estudio que pondría de manifiesto la fuerte influencia de la historia en la actualidad.
Investigadores de la Universidad británica de Leicester y de la catalana Pompeu Fabra, con el apoyo de la Wellcome Trust, han publicado el estudio en la American Journal of Human Genetics, titulado "El legado genético de la diversidad e intolerancia religiosa: linajes paternos de cristianos, judíos y musulmanes en la Península Ibérica".
presente sólo en los hombres y que se transmite de padres a hijos - de muestras de ADN de 1.100 individuos de la Península y Baleares, y comparándolos con los datos ya conocidos de poblaciones de Marruecos y de Argelia, así como de comunidades sefardíes en Estambul e Israel.
"La composición genética de la población actual es el legado de nuestro pasado cultural y religiosamente diverso", dijo el viernes a Reuters uno de los autores del estudio, el investigador de la Unidad de Biología Evolutiva del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Pompeu Fabra Francesc Calafell.
Los musulmanes ocuparon la Península Ibérica en 711 y permanecieron siete siglos hasta su derrota final en 1492. La presencia judía era anterior, y fue una comunidad pequeña en número pero de gran importancia económica y cultural. Cientos de miles de ellos fueron expulsados en varias oleadas, comenzando por los Reyes Católicos, pero el estudio refleja la importancia de las conversiones.
"El trabajo demuestra que las conversiones religiosas y los matrimonios subsecuentes entre personas de diferentes linajes tuvieron un impacto relevante en las poblaciones modernas tanto en España como sobre todo en las Islas Baleares, y en Portugal", señaló en un comunicado de la Pompeu Fabra la investigadora Elena Bosch, otra de las autoras.
ELEVADA PRESENCIA SEFARDÍ
Uno de los aspectos más llamativos es el elevado porcentaje de población con características genéticas sefardíes, que Francesc Calafell reconoce "es demasiado elevada", respecto al número de habitantes de este grupo que vivió en la Península.
Para explicar esta "sobreestimación", el investigador recurre a la presencia de grupos anteriores, desde neolíticos a fenicios, que pudieran haber influido en estas comunidades en el Mediterráneo oriental.
En cuanto a la presencia de rasgos genéticos de poblaciones del norte de África, destaca que el reparto geográfico actual no se corresponde con la distribución de la población en el momento de la marcha de los moriscos, lo que se podría explicar con desplazamientos forzosos, además de con conversiones.
Por ejemplo, es más numerosa en la mitad occidental de la Península que en la oriental, y llamativamente, está casi ausente en Andalucía oriental, donde está la última capital musulmana, Granada.
¿Y respecto al 70 por ciento restante de los genes? Calafell señala que "corresponde a un sustrato europeo occidental muy normal, presente en otros países europeos".
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