Este artículo se publicó hace 15 años.
La crisis agudiza el ingenio y dispara la picaresca para cometer engaños de consumo
La crisis económica ha agudizado en los últimos meses el ingenio de los timadores y ha disparado la picaresca a la hora de cometer estafas y sobre todo engaños de consumo, como regalos que acaban saliendo caros, a víctimas que no denuncian su situación por vergüenza al verse engatusados.
Según han informado a Efe fuentes policiales, en los últimos meses, pese a que no se ha detectado un aumento considerable del número de estafas, sí que se ha constatado un incremento de la picaresca a la hora de perpetrar artimañas para engañar a las víctimas para que acaben picando pensando que hacen negocio.
De esta forma, han proliferado engaños de todo tipo con un objetivo común, un botín lo más cuantioso posible, con la garantía casi total de que la mayoría de las veces las víctimas no se atreven a denunciar por la vergüenza de admitir que han caído en las artes de los timadores.
Entre este tipo de artimañas, que en muchos casos no son delitos, sino simples engaños, figura el bombardeo de mensajes por correo electrónico, cartas o incluso llamadas telefónicas, prometiendo un regalo a coste cero, que a la hora de la verdad acaba saliendo muy caro.
Como por ejemplo el caso en el que la víctima recibe en su casa un albarán de una supuesta agencia de transporte en el que se le felicita por haber sido agraciado con un regalo -una bicicleta, por ejemplo- y se le señala que tan sólo tiene que llamar a un 902 para reservarla.
Al llamar, nadie responde durante horas al supuesto premiado, que en verdad está engrosando los ingresos de los que han urdido el engaño, a costa de la llamada telefónica.
Además, los que "tienen suerte" y sí que ven atendida su llamada, se encuentran con que han de responder un largo cuestionario, a un 902, y que al final se les recuerda que sí, que el regalo es gratis, pero que conlleva una serie de obligaciones, fijadas en la "letra pequeña", como por ejemplo acudir a una presentación comercial de noventa minutos, donde se les bombardea con mensajes para que acaben comprando objetos de lo más variopinto.
También proliferan llamadas telefónicas en las que se comunica que se envía a casa del agraciado un regalo, a coste cero...hasta que a última hora se hace constar que se tiene que pagar, casi a precio de oro, el traslado.
Paralelamente a este aumento de engaños de consumo, en los últimos días han coincidido varias operaciones policiales que han servido para detener a autores de estafas, en algunos casos millonarias.
Por ejemplo, un pequeño delincuente fue detenido por estafar 4.000 euros a una mujer en Castellgalí (Barcelona) haciéndose pasar por capitán de la Guardia Civil, mientras que otra persona fue arrestada en El Vendrell (Tarragona) tras lograr amasar un botín de 300.000 euros engañando a unas treinta personas encargando préstamos a su nombre sin que lo supieran, utilizando como reclamo un falso negocio de compraventa de vehículos.
En muchas ocasiones, las víctimas acostumbran a ser ancianos, que ven cómo los estafadores se aprovechan de su buena fe, como por ejemplo dos personas que fueron arrestadas en Barcelona tras estafar 263.000 euros a una pareja de edad avanzada, que invirtieron todos sus ahorros con la promesa de obtener unos intereses anuales del 15 por ciento.
Ante esta situación, las mismas fuentes policiales han destacado la importancia de denunciar cualquier indicio de supuesta estafa o de engaño, tanto a la policía como a las autoridades de consumo, así como multiplicar la prevención y, sobre todo, leer la letra pequeña de los regalos "gratis total" para evitar una sorpresa desagradable, tanto para el orgullo como para el bolsillo.
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