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Critican a Japón por nueva filtración en Fukushima

Reuters

Por Kiyoshi Takenaka y Yoko Nishikawa

El operador de la dañada central nuclear deFukushima detalló el jueves una nueva filtración de aguaradiactiva, mientras Greenpeace criticó la "respuesta inadecuada"del país a una amenaza creciente para el mar y la salud.

En un revés vergonzoso, los funcionarios de Tokyo ElectricPower (Tepco), cambiaron un elemento clave de un informe sobreuna respuesta previa a la crisis dado el sábado como parte de unainvestigación del Gobierno sobre el accidente.

Tokyo Electric dijo que hasta 57 toneladas de agua altamentecontaminada se habían filtrado de una instalación de almacenaje auna zanja. La empresa prometió aumentar el control de las aguassubterráneas.

La revelación pondría en peligro la carrera para completar enjunio un sistema para descontaminar una gran piscina de aguaradiactiva en el lugar, que los críticos ven como un riesgocreciente tanto para el océano Pacífico como para las aguassubterráneas.

A principios de abril, la instalación vertió cerca de 10.000toneladas de agua radiactiva en el océano, lo que provocócríticas de China y Corea del Sur.

El grupo ecologista Greenpeace dijo que se habían encontradoalgas con niveles de radiación 60 veces superior a los límitesoficiales, lo que aumentó la preocupación sobre los riesgos delagua de mar contaminada más de dos meses después de que lacentral de Fukushima Daiichi fue golpeada por un terremoto y untsunami.

"Nuestros datos muestran que cantidades significativas decontaminación continúan propagándose a grandes distancias de lacentral nuclear de Fukushima", dijo un comunicado del experto deGreenpeace en radicación Jan Vande Putte.

Algunas algas mostraban niveles de radiación más de 60 vecessuperiores a los límites marcados por el Gobierno.

"La concentración de yodo radiactivo que encontramos en lasalgas es especialmente preocupante, ya que nos dice lo lejos quese extiende la contaminación a lo largo de la costa, y porque enJapón se consumen varias especies de alga", dijo Vande Putte.

Un terremoto de magnitud 9 y un tsunami posterior dejaronunos 24.000 muertos y afectaron seriamente la central deFukushima el 11 de marzo, desatando la peor crisis nuclearmundial desde Chernóbil.

La crisis, que ha desplazado a unos 80.000 residentes desdela zona de la planta, ha llevado a una revisión de la políticaenergética japonesa y el Gobierno ha de "empezar de cero" con lapolítica nuclear.

Los esfuerzos por recuperar el control de la planta dependende bombear grandes cantidades de agua para enfriar los tresreactores que sufrieron fusiones.

OTRA FILTRACION, NUEVAS CRITICAS

Un sondeo del periódico Asahi publicado el jueves mostró queel 42 por ciento de los japoneses se oponían a la energíanuclear, frente al 18 por ciento antes del desastre.

La encuesta refleja las preocupaciones sobre la seguridadnuclear y las críticas a la respuesta vacilante a la crisis porparte de los funcionarios del Gobierno y la empresa.

Los funcionarios de Tokyo Electric dijeron el jueves que eldirector ejecutivo había ignorado una orden de detener lainyección de agua de mar al reactor 1. Los expertos opinan queesta fue la decisión correcta.

Las autoridades habían dicho que un asesor del primerministro Naoto Kan había planteado la preocupación por lainyección un día después de que el terremoto provocara que TokyoElectric tuviese que detener el bombeo de agua de mar.

El informe corregido fue motivado en parte por una visita delequipo de seguridad nuclear de la ONU para preparar un informesobre Fukushima, dijo el vicepresidente de Tokyo Electric SakaeMuto.

Incluso antes de los dichos de Greenpeace, el Gobierno de Kanhabía sido criticado por su respuesta al desastre y un dirigentede la oposición dijo que la revelación del jueves no ayudaría.

"No veo cómo Japón puede recuperar la confianzainternacional", dijo Sadakazu Tanigaki, líder de la oposición delPartido Democrático Liberal, que ahora planea una moción decensura contra el gabinete de Kan.

A las personas obligadas a evacuar la ciudad de Namie, cercade la planta de Fukushima, se les permitió regresar a sus hogaresel jueves durante una breve visita.

A medida que los residentes, que vestían trajes blancos deprotección, dejaban flores para los muertos en una larga mesa enuna carretera del pueblo abandonado, un monje budista que llevabaun estola sobre el traje recitó un sutra.

"Fue como estar en un lugar diferente", dijo un hombre a latelevisión. "Quizá habría sufrido más si hubiese quedado algo enpie. Pero era como estar en un lugar extraño."

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