Este artículo se publicó hace 11 años.
La crónica de Manrique
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"Las canciones, saben ustedes, son mentira. Pero se trata de una mentira dulce. Así que vale la pena seguir su pista. Y la de sus creadores". Son las últimas palabras del prólogo de Jinetes en la Tormenta, el último libro del periodista y crítico musical Diego A. Manrique, casi medio siglo rastreando pistas, desmontando mentiras y persiguiendo a los grandes y magníficos mentirosos que han hecho la historia del rock (valga el término como cajón de sastre en el que caben todas las facetas de la música popular de raíz anglosajona surgidas en la segunda mitad del siglo XX). Desde finales de los años sesenta las crónicas de Manrique, en prensa, radio y televisión, han acompañado, interpretado y guiado por los turbulentos y vertiginosos senderos de "la música del diablo" a tres generaciones de aficionados y curiosos, amantes o no de este género de géneros.
Diego estaba allí y hablaba inglés, dos características casi imposibles de aunar para los periodistas y comentaristas musicales que comenzamos a ejercer tan peregrino oficio en aquellos años en unos medios de comunicación "francamente" hostiles a cualquier manifestación de modernidad o cambio. Cuando los Beatles eran unos melenudos degenerados, exhibidos como monstruosos fenómenos de feria en las páginas de las revistas "serias" e ignorados en la programación radiofónica o televisiva, D.A.M. se asomaba a las páginas de la revista Triunfo, paradigma de la imposible prensa progresista de la época, con sus primeras crónicas, las últimas aparecen en el día a día del diario El País.
Jinetes en la Tormenta es más que una recopilación de artículos, es una crónica general y un modelo de síntesis que en algo más de trescientas páginas desbroza en esta lujuriosa e intrincada selva un camino a seguir, una pista que conduce a una comprensión global de lo que se presenta a primera vista como un caos en perpetua ebullición en el que confluyen egos poderosos, artistas sublimes y malvados, mercaderes sin escrúpulos, modas espúreas y geniales inventos.
No es una crónica apasionada pero habla de un mundo apasionanteCabalgando sobre esta tormenta perfecta con Jim Morrison y otros apocalípticos jinetes, la crónica general de Manrique combina la erudición con la ironía y la información y la proximidad con el distanciamiento en un raro equilibrio en este territorio de fans (fanáticos) y odios impenitentes. No es una crónica apasionada pero habla de un mundo apasionante, ni oda, ni sátira, ni enciclopedia, ni manual, Jinetes en la Tormenta es narrativa, literatura de no-ficción, en la estela de lo que un día llamaran nuevo periodismo. La información y la opinión, la entrevista y el relato se funden en una narración coral con múltiples protagonistas. Pero basta echar una ojeada a los exhaustivos índices finales con miles de referencias para comprobar que también se trata de una obra de consulta que aviva la memoria y desentraña claves.
El libro arranca con una documentada historia del soul, pasa revista a "raros, malditos e insumisos" se acerca a los colosos y a los iconos, bucea en las noches de la movida madrileña y salta del Caribe a las orillas del Támesis, de Nueva York a Río, un viaje con las mejores malas compañías del mundo, con encuentros y desencuentros, muertos vivientes y vivos muy vivos. La nómina presente en entrevistas personales, notas críticas, apuntes y testimonios, es abrumadora, pero sirvan algunos nombres para puntuar el itinerario: Billie Holiday, James Brown, Yoko Ono, Keith Richards, Lou Reed, Patti Smith, Tom Waits, Amy Winehouse, John Lennon, Michael Jackson, U2, Bruce Springsteen, Nirvana... El libro se cierra con un apéndice, La sacristía, anécdotas y curiosidades como "los discos prohibidos del franquismo", Espiando a los Beatles, La verdadera Eleanor Rugby o Por qué nos fascinan las vidas de los canallas. Buena pregunta.
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