Este artículo se publicó hace 16 años.
Cuarenta países se comprometen a seguir protegiendo Afganistán del extremismo
Los países que participan en la fuerza internacional de estabilización para Afganistán (ISAF) han reafirmado hoy su compromiso "a largo plazo" con este país, con el objetivo de impedir que el extremismo talibán o el terrorismo de Al Qaeda recuperen el control.
En una declaración suscrita en Bucarest por 40 estados, miembros y no miembros de la OTAN, se recuerda que la misión de la ISAF se basa en un mandato de la ONU y fue solicitada por el Gobierno afgano, y se subraya que "la seguridad euro-atlántica e internacional están ligadas a la estabilidad y el futuro de Afganistán".
El documento señala igualmente que Afganistán "es la prioridad clave de la OTAN", organización que ejerce el mando de la ISAF desde hace casi cinco años.
La declaración, titulada "Visión estratégica de la ISAF", pretende explicar con claridad a la opinión pública por qué están desplegadas en Afganistán las tropas internacionales (47.000 hombres y mujeres), qué resultados están alcanzando y cuáles son sus objetivos finales.
En paralelo a su cumbre de Bucarest, la OTAN ha reunido hoy, por primera vez, a los máximos dirigentes de los países que contribuyen a la ISAF con soldados o dinero, así como a los responsables de las organizaciones internacionales involucradas en la reconstrucción del país asiático.
El documento expresa con rotundidad la determinación de los aliados a "ayudar al pueblo y al gobierno afganos a edificar un estado estable, seguro, próspero y democrático, respetuoso de los derechos humanos y libre de la amenaza del terrorismo".
"Ni nosotros ni nuestros socios afganos permitiremos que extremistas y terroristas como los talibanes o Al Qaeda recuperen el control de Afganistán o lo utilicen como base para el terror que amenaza a nuestros ciudadanos y han sufrido muchos de nuestros países y fuera de ellos", afirma el texto.
Los participantes en la ISAF se guiarán por cuatro principios, empezando por que la presencia en Afganistán constituye "un compromiso firme y compartido a largo plazo".
En segundo lugar, los miembros de la ISAF apoyan "un liderazgo y responsabilidad afganos reforzados".
Reclaman, en tercer lugar, un "enfoque global" por parte de la comunidad internacional en el que se coordinen los esfuerzos civiles y militares.
Por último, afirman que buscarán una "cooperación y compromiso crecientes con los vecinos de Afganistán, especialmente Pakistán".
El documento explica, por otro lado, que al ayudar a los afganos, "estamos defendiendo los valores fundamentales que todos compartimos".
"Aunque queda mucho por hacer, Afganistán ha hecho importantes progresos en el desarrollo de la democracia y en la mejora de la vida de sus ciudadanos", según los aliados.
En lo militar, los contribuyentes a la ISAF se han comprometido a proporcionar a los comandantes "los medios que necesitan" para el éxito de su misión, a proporcionarles "el máximo de flexibilidad posible" para el uso de las fuerzas, y a hacer "todo lo que esté en nuestra mano para evitar víctimas civiles".
Los aliados expresan el deseo de que, a largo plazo, sólo las fuerzas de seguridad y las instituciones afganas puedan asegurar el imperio de la ley en el país.
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