Este artículo se publicó hace 15 años.
Cuba "continúa negando los derechos humanos básicos" a sus ciudadanos, según EE.UU.
El régimen cubano continúa "negando a sus ciudadanos los derechos humanos básicos", entre ellos la potestad de un cambio de gobierno, y a lo largo de 2008 perpetró abusos "numerosos y serios", denunció hoy el Departamento de Estado.
En su informe anual sobre los derechos humanos en el mundo, el Departamento de Estado denuncia que a finales de año había en Cuba al menos 205 presos y detenidos políticos y al menos 5.000 ciudadanos cumplieron sentencias por "peligrosidad", sin ser acusados de ningún delito específico.
Las elecciones del 20 de enero del 2008 para la Asamblea Nacional, en las que el Partido Comunista obtuvo el 98 por ciento de los votos, no fueron "ni libres ni limpias", a juicio del Departamento de Estado.
Entre las violaciones de los derechos humanos perpetradas en la isla a lo largo del último año según el informe, hay palizas y abusos de los detenidos y los presos, perpetradas con impunidad.
También denuncia las malas condiciones de vida en las prisiones, incluida la denegación de tratamiento médico, y el acoso, golpizas y amenazas contra opositores políticos por parte de funcionarios de la seguridad estatal, la Policía o "muchedumbres reclutadas por el Gobierno".
En este sentido, el Departamento de Estado explica que el Gobierno continuó sometiendo a los disidentes a "actos de repudio", si bien matiza que estos incidentes, "especialmente los que ocurrían frente a las viviendas" de los afectados, han registrado "una notable caída".
Asimismo se produjeron "graves limitaciones en la libertad de expresión y de prensa" y se denegó el derecho a la reunión y asociación pacífica.
Hubo asimismo, según el Gobierno estadounidense, restricciones a la libertad de movimiento, incluida la denegación selectiva de permisos de salida a los ciudadanos o el traslado forzoso de personas desde La Habana a sus ciudades de origen.
El informe denuncia también la injerencia en la intimidad, incluido "el extendido control de las comunicaciones privadas".
La discriminación contra las personas de origen africano, la violencia doméstica, la prostitución de menores, el tráfico de personas y las restricciones graves a los derechos de los trabajadores, incluido el derecho a los sindicatos libres, también representaron problemas, agrega el Departamento de Estado.
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